El 9 de octubre de 1940 nació John Lennon en Liverpool, Inglaterra. El mundo lo conocería como uno de los mejores músicos de toda la historia, cuyas letras y filosofía marcaron a varias generaciones. Es sin duda una de las personalidades más influyentes que haya existido.
Pero más allá de la música, sus posiciones políticas contra el capitalismo salvaje y la guerra, su mensaje de paz y respeto por las libertades individuales, la historia de su muerte es un capítulo de importante trascendencia.
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La noche del 8 de diciembre de 1980, una serie de disparos efectuados por Mark Chapman, un fan fuera de sí que lo estaba esperando en la puerta de su vivienda en Nueva York, ponían fin de manera prematura a la vida de John Lennon, fundador y líder de The Beatles. También referente indiscutido de una generación que experimentó algunos de los cambios más importantes a nivel social y cultural del siglo XX.
Al momento de su muerte el artista británico ya se erigía como una especie de leyenda viva. Tanto por haber conformado junto a Paul McCartney la sociedad compositiva más importante de la música popular contemporánea, como por simbolizar una verdadera revolución cultural. El fatal desenlace lo convirtió en el mito más grande del espectáculo moderno.
Ocurre que el icónico músico no solo conmovió a millones de jóvenes en todo el mundo con las nuevas estéticas propuestas desde el famoso cuarteto. Sino que además representó una era en la que la juventud alzó su voz contra un conservador orden establecido por el mundo adulto a nivel político y socio-cultural.
En tal sentido, la música de Lennon expandió a límites insospechados a la música pop, pero además expresó los sentimientos de una generación nacida en la posguerra, que buscaba un cambio de época a través de una libertad que confrontaba viejos prejuicios.
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La deconstrucción de Lennon tuvo su punto culminante cuando en 1975 abandonó la actividad para dedicarse de lleno a la familia que conformaba con Yoko y Sean, el hijo de ambos; luego de años marcado por excesos y enfrentamientos con el gobierno estadounidense de Richard Nixon, país en donde se había radicado.
Su efímero regreso en 1980 con "Double Fantasy" mostró a un artista con líricas y una estética sonora lejos del riesgo y la vanguardia encarada años atrás; más orientado a sus antiguos seguidores que a seguir ofreciéndose como emblema de cambios sociales.
Sin embargo, Lennon ya era una leyenda. El accionar criminal de Mark Chapman hizo que además, naciera el mito y se agigantara con los años.