Detrás de los casos de abusos a menores en instituciones escolares, muchos denuncian un aspecto incómodo pero fundamental para llegar a la verdad: cómo se comprueba y qué pasa con los fallos erróneos que implican la condena social y legal de una persona.
La causa abierta contra un docente del jardín Ceferino Namuncurá de la capital provincial, puso de nuevo el tema en debate. Al respecto María Eugenia Covacich, psicóloga forense, sentenció que "En la causa todavía no se empezó a investigar pero ya hay acusado. ¿Alguien se constituyó en el lugar? ¿Han observado la dinámica de la institución y confirmado si son posible los hechos? Se tiene que tomar en cuenta los testigos presenciales también. Sino no podemos dictar prisiones preventivas, se arruina una vida. No se utilizan los caminos alternativos que existen".
Trabajó muchos años en Gualeguaychú. Lo hizo en el Consejo del Menor, en el equipo interdisciplinario del Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, y en los juzgados de instrucción. Fue durante los primeros años de la década pasada, cuando comenzó a entrevistar a niños considerados presuntas víctimas de abuso sexual, en el marco de investigaciones penales.
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Actualmente es integrante de la asociación Pensamiento Penal, cuyo objetivo es confirmar efectivamente que el abuso se haya producido. "Nosotros recibimos durante muchos años causas menores para ser revisadas. Son casos de quienes se auto perciben inocentes", señaló.
Dentro de la asociación está el Observatorio de Prácticas del Sistema Penal, y la entrevistada coordina el área pericial del observatorio. "Tenemos una experiencia para detectar prácticas dentro de un expediente que condujeron a errores en una condena".
Según Covacich, son al menos 280 casos los relevados por el equipo en la que docentes recibieron acusaciones e imputaciones por delitos sexuales que no ocurrieron o en los que no hubo pruebas para la condena.
"La mayoría de estos delitos son intra familiares y muchos niños al hablar desplazan la autoría a persona que están fuera de la familia. Los docentes muchas veces son las víctimas, es una práctica regular", señaló para Cadena OH!
Análisis pericial
Para la profesional, los malos fallos se producen por ignorancia. "Hay que ser extremadamente cuidadosos, sobre todo los medios. Justamente, hay numerosas cantidad de variables que se ponen en juego en un relato, que tienen que ser tenidas en cuenta. Los profesionales que trabajan para eso tienen que estar muy entregados y manejar todas las hipótesis, no una sola".
Los casos de errores son profesionales que actúan con algo que llaman sesgo cognitivo. Significa que producen involuntariamente una única hipótesis e investigan en función de confirmar esa única hipótesis. Y todo aquello que no sirve al propósito, es desechado.
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"Estamos hablando de personas que van a la cárcel, pero también de cualquier ciudadano común que puede terminar en la misma situación mañana. No es tarea de la persona imputada demostrar su inocencia. Estamos hablando de delitos que no tienen más prueba que un relato de un niño y los niños tienen una tendencia a ser fácilmente manipulables, aceptar sugerencias de los adultos fundamentalmente cuando son mu dependientes, o de ser confundidos. Hay casos de mala práctica".
Pero a su vez, para la entrevistada los niños menores de seis años tienen una inmadurez cognitiva para entender cuestiones de índole sexual, por lo que se deben extremar las precauciones.
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