* Por Carlos Manfroni
Está comprobada la vinculación de la Resistencia Ancestral Mapuche y con la Coordinadora Arauco Malleuco, son algunas organizaciones terroristas de diversa procedencia, fundamentalmente la Guerrilla Internacionalista Kurda, por lejana que parezca. Los enlaces locales responden al ciudadano turco Abdullah Öcalan, condenado en Turquía a prisión perpetua por actos de terrorismo y separatismo de la región del Kurdistán. Los vínculos alcanzan a organizaciones de izquierda en la Argentina, tales como Quebracho o la Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR), entre muchas otras, con apoyo financiero palestino.
A propósito de apoyos palestinos, no podía faltar en el juego Roberto Cirilo Perdía, uno de los tres líderes de la conducción de Montoneros.
Montoneros recibió en los 70 entrenamiento de la Organización para la Liberación Palestina en Libia, Siria y El Líbano. En un gesto de gratitud hacia el terrorismo islámico, la cúpula montonera proveyó a la OLP de una fábrica de explosivos plásticos de esos que se usan para atentar contra edificios, y que se instaló en Beirut. Ahora Perdía brinda apoyo jurídico a las organizaciones mapuches que cometen actos de terrorismo.
En el portal Mapuche-Nation, perteneciente a la organización Mapuche International Link, con oficinas en la ciudad británica de Bristol, y manejado fundamentalmente por un señor Reynaldo Mariqueo, puede verse el mapa con las pretensiones de ese grupo, que abarca nada menos que la totalidad de la Patagonia.
No tiene sentido detenerse en el carácter absurdo de semejante reclamo, porque todas las reivindicaciones mapuches carecen de sustento desde el comienzo. Los mapuches, en realidad “araucanos”, porque proceden de la región chilena de Araucanía, no eran originarios del sur argentino. Habitaban en Chile y, a partir del siglo XIX, hacían incursiones vandálicas, lo mismo que ahora, en nuestra Patagonia, donde mataban pobladores, tomaban mujeres cautivas y robaban ganado. En la región de Cuyo, sojuzgaron a los huarpes, que sí constituían una etnia originaria, con una cultura propia del lugar.
Los araucanos o mapuches fueron combatidos por militares con pensamientos muy distantes entre sí, como Juan Manuel de Rosas y Juan Facundo Quiroga, por un lado y, años más tarde, Julio Argentino Roca, por otro.
Si los actuales mapuches son argentinos, deben someterse a la ley, o bien la Justicia debe actuar contra ellos con ayuda de las fuerzas de seguridad. Si no se consideran argentinos, como quieren demostrarlo al quemar nuestra bandera, desconocer la jurisdicción nacional y actuar coordinadamente con fuerzas del exterior, lo que están llevando a cabo son actos de hostilidad bélica que habilitan una respuesta propia de las leyes de la guerra, con las correspondientes garantías de las convenciones internacionales. Pero la realidad es que con las fuerzas de seguridad bastaría si los jueces cumplieran su deber.
En cuanto a los funcionarios del Ejecutivo, resultaría deseable que algún fiscal investigara si los hechos guardan alguna correspondencia con el delito de traición a la patria, previsto en nuestra Constitución y recogido en el Código Penal, que prevé hasta la prisión perpetua para quienes se unieren a los enemigos de la Nación o les prestaren ayuda o socorro.