Si bien tenemos una definición para la obesidad, la cual habla sobre el exceso de acumulación de tejido adiposo, con números que salen de la relación de peso y talla al cuadrado. Y se refiere a la misma como una enfermedad multifactorial.
Debemos dejar bien en claro que es importante basarnos en pacientes, en personas y no en definiciones porque esto cambia según cada individuo, dado que los números, como los de la talla de un pantalón, pueden no reflejar la realidad. Hay personas con un talle 48 de pantalón que tienen un porcentaje de grasa saludable, de igual manera que hay personas de cuerpo más chico que tienen un 34 y no tienen un problema alimentario.
Es un problema de salud a nivel mundial porque muchas personas con pesos aumentados y cuerpos grandes tienen una relación complicada con los servicios de salud, porque suelen encontrarse con violencia o indiferencia y terminan alejándose de controles necesarios y prevención de enfermedades.
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Recordemos que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, entonces podes tener un cuerpo con un porcentaje de grasa sano y no estar sano ni ser saludable y es ahí que se acrecienta el problema mundial de salud, porque no sólo se trata del peso. Entonces, cuando vemos a la población mundial y vemos el aumento de enfermedades, nos olvidamos de pensar que no sólo eso debemos tratar sino el camino que los condujo hasta ahí.
La obesidad y su tratamiento
La obesidad es una enfermedad crónica que debe ser tratada por profesionales altamente capacitados. Debería ser un servicio independiente en los hospitales y trabajarse en equipo junto a psicólogos, licenciadas en nutrición, preparadores físicos y especialistas en psiconeuroinmunoendocrinología del estrés. Con un enfoque de alimentación intuitiva, sustentable, sostenida y respetuosa, sin responsabilizar al paciente de su patología y sin ser pesocentristas.
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Para prevenir y controlar la obesidad, lo más importante sería desenmascarar la cultura de dietas que son las que más daño han hecho y más han aumentado de peso a la población y de enfermedades alimentarias. Que hacen creer que la misión en la vida es estar flaco y vivir con hambre es normal. Si logramos que los objetivos reales públicos y políticos se enfoquen en el bienestar de salud integral de las personas vamos a lograr prevenir claramente las consecuencias.
Darles herramientas a todos para que puedan reeducar su alimentación, movimiento, bienestar, descanso y calma sería la manera de devolverle el poder al cuerpo de decisión y conexión con el mismo. Si enseñamos a plantar se va a poder cosechar, si solo damos las semillas y prometemos frutas todo el año no lograremos nada.
Fuente: Ambito - María de los Ángeles Sanchez Calvin (Médica especialista en nutrición, diabetes y psicología médica)