Los malvivientes tomaron por asalto una vivienda de Mitre al 8100. Redujeron a varias personas y se llevaron dinero.

 

Tres delincuentes vestidos con uniformes policiales tomaron por asalto una vivienda en barrio Guadalupe donde, tras reducir a varias personas, se llevaron una importante suma de dinero.

Este grave episodio comenzó minutos antes de las 8 en un inmueble de Mitre al 8100 donde reside Emanuel (35), quien se dedica a la reventa de materiales para la construcción, junto a su familia.

El nombrado se disponía a iniciar una nueva jornada de trabajo cuando se vio sorprendido por tres sujetos que lo abordaron en la puerta de su domicilio.

Lo extraño de la situación es que los tres desconocidos vestían prendas policiales. Uno de ellos portaba una ametralladora y otro una pistola, calibre 9 mm.

Sorpresa en la puerta

Yo estaba en mi casa y a las 8 de la mañana en punto salgo con mi camioneta para hacer unos trámites. Pero como me doy cuenta que me olvidé unas cosas regreso a mi domicilio”, relató Emanuel.

“Entro y saco plata y al salir a la puerta me encuentro con tres hombres uniformados. Lo primero que pensé es que eran policías. Uno de ellos tenía una ametralladora. Otro cubría su rostro con un pasamontañas que se lo sacó cuando me empezaron a empujar"

"A punta de pistola me dan vuelta y me empujan para adentro. Conmigo estaba un albañil que está haciendo una ‘changa’ en casa y también lo meten para adentro. Nos llevan al dormitorio y nos atan con precinto a los dos. A todo esto mi señora estaba con los chicos durmiendo, al igual que mi madre”, prosiguió.

Más adelante Emanuel recordó que “los tipos comenzaron a gritar esto es un allanamiento y me preguntaban si tenía armas de fuego y plata. Les digo que arriba del ropero tenía algo de dinero”.

"Me sacan plata de mis bolsillos y comienzan a revolver toda la casa. Me di cuenta que no era un trabajo de policías por la violencia con la que actuaban. Tampoco hablaban como policías. A mí hasta me pegaron una patada en el hombro”.

En el tramo final el dueño de casa sostuvo que la odisea “duró cerca de 5 minutos hasta que finalmente se fueron. Tengo versiones que se movilizaban en un utilitario, no se sabe si era una Kangoo o una Citroen Berlingo, gris oscura. Después de algo así, uno jamás vuelve a estar tranquilo. Pero bueno, al menos tengo el consuelo que estamos todos sanos y ‘podemos contarla’, cerró.