En el Gobierno se encendieron las alertas por la situación climática adversa que está complicando a la actual campaña agrícola, la cual según las estimaciones privadas podría superar los 140 millones de toneladas de producción total y se estiman USD 38.400 millones de exportación, pero también afecta a otras producciones como la ganadería, lechería y economías regionales. Ayer hubo una reunión entre funcionarios para analizar la situación.
El ministro de Agrlcultura, Julián Domínguez, se trasladó al despacho en Casa Rosada del Jefe de Gabinete de ministros, Juan Manzur, con el propósito de solicitar una ampliación del fondo de emergencia para asistir a los productores y a los gobiernos provinciales que estén atravesando problemas por la sequía.
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Las reservas, la oferta de divisas y toda la estabilidad del esquema cambiario pueden ponerse en juego si los sojadólares no son suficientes.
“Estamos en un monitoreo permanente, en contacto con los ministros de las provincias, haciendo una evaluación y un diagnóstico de la situación y del impacto del cambio climático sobre los distintos cultivos”, dijo Julián Domínguez en un comunicado tras la reunión. El Gobierno está “observando con preocupación la evolución de la zona núcleo”, admitió.
El funcionario, además, comentó que en el último semestre en algunas zonas hubo una disminución de hasta 200 milímetros de precipitaciones. Hay preocupación en los funcionarios nacionales sobre la marcha de la campaña agrícola, fundamentalmente en relación al maíz de primera, la soja, y la falta de disponibilidad de forraje o pasto para la ganadería en algunos lugares.
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Lo cierto es que la sequía y las elevadas temperaturas que se están registrando por estos días, en lo que respecta a la campaña agrícola 2021/2022, tiene un fuerte impacto en el este de Córdoba, centro y sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y una buena parte de Entre Ríos.
A esto hay que agregar que en las últimas horas, productores de Misiones y Santiago del Estero también advirtieron sobre la difícil situación por la que atraviesan, donde no solamente está afectada la agricultura, sino también la ganadería y las economías regionales.