Se concretaron 1.002 casamientos y 2.546 nacimientos menos que en el 2017 en la provincia de Santa Fe. Dos expertos de la UNL confirman que hay un descenso en la tasa de nupcialidad, un aumento de las uniones convivenciales y que las relaciones de pareja duran menos.

Es toda una paradoja: en un 2018 en el que casi todo subió, las cifras de matrimonios y nacimientos se replegaron en la provincia de Santa Fe a su nivel más bajo en 13 años. Esto de acuerdo a las estadísticas del Registro Civil.

Se casaron 10.184 parejas (1.002 menos que el 2017) y nacieron 51.010 santafesinos (2.546 menos que 2017 y 6.861 menos que en 2013, por citar otro ejemplo).

Causas

Se podría echarle la culpa a la recesión y la crisis y sumarle una “mancha” más a un año difícil. Pero en esta década larga también hubo otros años complicados sin esta correlación en los matrimonios y nacimientos.

Parece un dato que cristaliza tendencias de fondo, como el progresivo declive del hogar tradicional, el aumento de las uniones convivenciales y la postergación de la etapa para tener hijos.

Santa Fe

Si el análisis de los datos de matrimonio se enfoca sólo en la ciudad de Santa Fe, la tendencia también es clara. En el 2011 se habían casado 1.615 parejas santafesinas y en el 2018 “apenas” 1.005; es decir, 610 parejas menos. Es una caída del 36% en 8 años.

Los análisis prenupciales que se realizaban en el Hospital Cullen —dejaron de ser obligatorios este año— también confirman la tendencia. En el 2011, 3.515 santafesinos se levantaron temprano y sacaron turno para sacarse sangre y el año pasado sólo lo hicieron 2.318 (1.197 personas menos, o una caída del 34%). La cifra no es igual a la cantidad de matrimonios del Registro Civil —que cuenta por parejas— porque al efector también concurrieron matrimonios que se casaron en otras localidades del departamento La Capital.

Transformaciones sociales

Una mirada estadística de faros largos detecta transformaciones sociales que se vienen dando desde hace más de 50 años. Javier Gómez (doctor en Geografía e investigador del Conicet) y Gustavo Peretti (profesor en Geografía y especialista en Problemáticas Sociales de la Geografía), se dedicaron al tema. Son dos expertos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en geografía urbana.

Los investigadores recurren a un termómetro interesante para medir esta tendencia: la tasa de nupcialidad. Esta se calcula dividiendo el número anual de matrimonios por el total de población.

Datos

A finales de la década del 80’, la tasa de nupcialidad en la provincia de Santa Fe era de 5,1 cada 1.000 habitantes y cayó a 3,1 en la actualidad. El contraste con el comienzo de la década del 70’ es mucho más fuerte: era de 7,4 cada 1.000 habitantes en esa época; es decir, más del doble que el año pasado.

La familia argentina transita desde los años 70’ un recorrido al cual ya se han anticipado, aunque con sus particularidades, sociedades de otros países. Entre las principales transformaciones se destacan el retraso de los jóvenes en su ingreso a la adultez. También la mayor libertad para decidir la unión conyugal o civil, las separaciones y la manifestación de diversas orientaciones sexuales”, indican los investigadores.

También cuentan que el “hogar nuclear” —conformado por una pareja con o sin hijos— sigue apareciendo como la forma de residencia familiar más generalizada, “aunque en declive”. Reacomodándose a nuevas tendencias demográficas como el aumento en la esperanza de vida, la feminización, el descenso en la fecundidad, la mayor inserción laboral de la mujer y una menor duración de las relaciones amorosas, con un claro incremento de las rupturas.

Cambios en las parejas

Uno de los cambios más notorios se da por la creciente preferencia por parte de las parejas de convivir consensualmente en lugar de casarse legalmente”, aseguran Gómez y Peretti. En el 2018, las uniones convivenciales que se inscribieron en el Registro Civil duplicaron los matrimonios en la ciudad de Santa Fe, pero es una tendencia que comenzó mucho antes de la reforma del Código Civil (que entró en vigencia en agosto de 2015).

Según lo planteado por Marcela Cerrutti y Georgina Binstock (2009), la unión consensual constituye una modalidad creciente de formación familiar. Ya que de representar en Argentina un 21,1% entre 1990 y 1995 sobre el total de uniones conyugales, dicha participación ascendió al 30,6% para el quinquenio 2000/05”, recuerdan los geógrafos de la UNL.

En clara sintonía con el espíritu de época, los investigadores advierten que las uniones consensuales son más frágiles que los matrimonios y que las separaciones se producen con mayor frecuencia.

Las uniones convivenciales duplican los casamientos

En el 2018, la brecha entre las uniones convivenciales y los matrimonios se agrandó en la ciudad. Se registraron 2.017 uniones contra 1.005 matrimonios, según los estadísticas del Registro Civil de Santa Fe. Es que las parejas hacen el trámite de la unión convivencial como una alternativa más pragmática para probar el vínculo cuando tienen que hacer un trámite en la obra social o sacar un crédito.

Lo más interesante, quizás, es que al analizar las estadísticas de los últimos cuatro años (la unión convivencial se habilitó con la reforma del Código Civil que entró en vigencia en agosto de 2015) hay una diferencia significativa entre las uniones (7.232) y los matrimonios (4.927). Hay 2.305 parejas más que prefirieron registrar la unión antes que casarse.

En realidad, la cifra se queda corta. “El dato de las uniones convivenciales no refleja la cantidad de uniones. Son muchas más, sólo que no las inscriben a todas. En cambio, sí es concreto el número de matrimonios que se celebran”, le explicó a El Litoral la abogada María Magdalena Galli Fiant, especialista en Derecho de Familia, en una entrevista que se publicó en enero.