Los dispositivos móviles se han convertido en el aparato electrónico de uso más habitual entre la población. No todo el mundo enciende la computadora o ve la televisión a lo largo del día, pero difícilmente podamos encontrar a alguien sin tener en su bolsillo un teléfono inteligente. No es de extrañar que muchos de los sectores económicos hayan intentado integrarse en las pequeñas pantallas para mantener su actividad.
Uno de los sectores que nació para las computadoras y que ahora es casi exclusivo de los móviles son las redes sociales. Hace unos años, espacios de comunicación como Messenger o Fotolog solamente se podían usar en el hogar. Ahora, con la consolidación de la red y de los smartphones, podemos disfrutar de numerosas aplicaciones sociales, como Facebook, TikTok o Twitter desde cualquier sitio.
También son de especial mención aquellas plataformas que sirven a muchos para trabajar, aunque a su vez consiguen mantener el contacto personal con amigos y familiares. Estamos hablando de gestores de correos electrónicos como Gmail o Outlook y de espacios de reuniones virtuales como Google Meets, Zoom o Microsoft Teams. Una manera más de sacar el negocio de la oficina.
El boom del entretenimiento
En cuanto al entretenimiento, en los mercados digitales se pueden encontrar numerosas aplicaciones que han hecho llegar las actividades de ocio clásicas a los dispositivos más pequeños manteniendo sus gráficos y jugabilidad. Ejemplo de ello son opciones conocidas como el poker en PokerStars, las partidas de ajedrez de en Chess.com o el popular título familiar del Monopoly en app stores como Google Play.
También hay productoras de videojuegos que han hecho una gran inversión económica para traer títulos a los smartphones que nada tengan que envidiar a los de las consolas. El público alcanzable es muy amplio, pues millones de personas tienen estos dispositivos, e intentan cautivarlo con juegos tan vistosos como Clash Royale, PUGB, Call of Duty Mobile o Rocket League Sideswipe.
No puede faltar el comentario relacionado con las plataformas de streaming. Estas llegaron a nuestras pantallas hace apenas una década y ya están presentes en todos los sitios: desde televisores inteligentes hasta los móviles. Mucha de esta oferta audiovisual, como la que proporciona Netflix, Amazon Prime Video, HBO o Disney Plus, se puede consumir en las pequeñas pantallas y con su solo clic.
Y la música también ha vivido un gran cambio en su manera de llegar a los usuarios en los últimos tiempos. Los CD han dejado sitio a aplicaciones de reproducción de canciones. Algunas de ellas gratuitas y otras de pago, como Spotify o SoundCloud, proporcionan un gran abanico de estilos para todos los gustos. Escoger el título y a disfrutarlo a través de los auriculares.
Los negocios, a la pequeña pantalla
La popularización de internet entre la población ha llevado a que muchas de las tiendas físicas se hayan trasladado a las aplicaciones para aumentar su actividad. Es de lo más normal comprar las principales marcas como pueden ser Nike o Adidas desde nuestro smartphone sin tener que desplazarnos a los locales, e incluso algunos de los productos de segunda mano como los que suele ofrecer la colaborativa Wallapop o Segunda Mano.
Si las grandes marcas están en la red, no es una sorpresa encontrar a aplicaciones de bancos, cada vez menos presentes en las calles de las ciudades. Todas las opciones que proporcionan, como transferir fondos o pedir un crédito, están presentes en sus aplicaciones. Ya hace tiempo que entidades como BBVA o Santander apuestan por hacer la gran mayoría de los trámites desde las pequeñas pantallas y no de manera presencial en la oficina.
Como se puede ver, el hecho de tener un dispositivo inteligente en nuestros bolsillos y que nos acompañe a lo largo del día, ha hecho cambiar gran parte de nuestras rutinas. Actividades que antes se realizaban en persona o que requerían una computadora con conexión a internet, ahora están disponibles con solo un clic y desde cualquier lugar siempre que se tenga ese vínculo al mundo virtual. Nuevas pautas de consumo que han llegado para quedarse.
