*Por José Augusto Weber
A riesgo de equivocarme, me atrevo a visualizar electoralmente el año 2023. Por favor, no se interprete que esto va a ocurrir, pero es lo que yo creo que puede pasar. Me expreso con el ánimo de despertar un debate constructivo.
La legislación Electoral Nacional y Provincial tienen una fuerte impronta liberal que, desoyendo los mandatos Constitucionales respectivos, tienden a debilitar el rol de los Partidos Políticos. ¿Esto será casual?
Es lamentable, pero creo que hay una gran deficiencia en la mayoría de la dirigencia política, tanto de quienes son responsables y afines a los oficialismos como a las oposiciones.
Es evidente que el Gobierno Nacional y Provincial, han tenido aciertos y errores en sus gestiones, como es natural en todas las administraciones de gobierno; pero el clima social generado por la Pandemia y la Economía afectarán seguramente el ánimo del electorado en 2023.
Esto se agrava ya que, diversos medios de comunicación parecería que no han logrado informar con suficiente claridad a sus receptores, contribuyendo poco al esclarecimiento de la situación que vivimos como sociedad. Respetando las excepciones, algunos por embanderarse con el oficialismo, otros con la oposición y otros con nadie, no parecería que hayan logrado cumplir acabadamente con su rol en la sociedad.
El Pueblo, tanto con afinidad política, como quienes se manifiestan independientes, parece estar poco informado, se siente desorientado, agredido por los mensajes equívocos de muchos dirigentes y considera que éstos no están a la altura de las circunstancias. Esto lo pienso, aún en el convencimiento que muchos de estos líderes y medios masivos actúan de buena Fe y quieren hacer lo mejor para la sociedad.
Se manifiesta actualmente una fuerte tendencia entre los dirigentes del oficialismo y la oposición a construir frentes amplios (en unidad y diversidad). Esto solo confunde mas al votante, ya que este proceso preelectoral debería consolidar la identidad política/doctrinaria de los partidos participantes. La unidad provincial y nacional debería construirse después de las elecciones entre quienes gobiernan y la oposición.
El electorado se siente inducido por dirigentes que, en su mayoría, orientan solo con relatos falsos y consignas desactualizadas. Ante esta situación entiendo que los partidos políticos deberían construir opciones con definida identidad ideológica y doctrinaria, no tratando de construir frentes electorales con escasa identidad. De esa manera no se confundiría al electorado. Los frentes solo son admisibles cuando unen expresiones partidarias con unidad de concepción y compatibilidad de doctrina.
Deberían desterrarse las opciones de candidaturas de famosos que, no solo confunden al electorado, sino que son una falta de respeto al mismo y una manifiesta debilidad de los partidos políticos para presentar a sus mejores hombres y mujeres para gobernar.
El Partido Justicialista recibió el legado de la inteligencia de Juan D. Perón y la pasión militante de Eva. También la centenaria Unión Cívica Radical de Leandro N. Alem e Hipólito Irigoyen. Arturo Frondizi y Carlos Sylvestre Begnis que inspiraron a la UCRI y al Movimiento de Integración y Desarrollo.
A quienes inspiraron la Democracia Cristiana. A Lisandro de la Torre de la Democracia Progresista. Las opciones Liberales y de los Partidos de Izquierda, etc. Estas herencias deben ser respetadas por sus dirigentes, para lo cual no sirve cualquier alianza circunstancial, sino el respeto a sus historias y doctrinas. Solo así se valorarán sus gestas, su aporte actual y futuro a la República para el desarrollo Nacional de Argentina y la felicidad de su Pueblo.
Los compatriotas, organizados en Partidos Políticos, deberíamos diferenciarnos antes de las elecciones y unirnos después de las mismas, ahora parecería que ocurre todo lo contrario.