El río Paraná creció sostenidamente durante los últimos 15 días, pero se espera que hasta mediados de otoño continúe la bajante histórica que comenzó en marzo del 2021 y provocó cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social.
"No se observa una tendencia definida hacia la normalización, se muestra la persistencia del déficit hídrico y una tendencia desfavorable que persistirá durante lo que resta del verano y la primera mitad del otoño", advirtió el Instituto Nacional del Agua (INA).
La bajante afectó la fauna íctica al dejar seco el valle de inundación (donde los peces se refugian, alimentan, reproducen y crecen); produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua.
También acrecentó los problemas de incendios en las islas y los de contaminación del agua, ya que se redujo la capacidad del río de dilución de los afluentes crudos o industriales.
Las barcazas comerciales "tuvieron que adecuarse a transportar mucha menor cantidad", lo que ralentizó la navegación y puso en crisis la producción" explicaron especialistas.
Según el registro del INA, el pasado viernes el 22 de febrero el río alcanzó los 0.20 metros en el puerto de Santa Fe, mientras que las tendencias para este 1 de marzo ubican al Paraná en 0.14 metros.