Buena parte del verano en la provincia de Santa Fe y el resto del país estuvo singada por el impacto de la variante Ómicron, que desató una importante escalada de contagios antes de las fiestas navideñas. Sin embargo, un mes después, para finales de enero, la baja contundente de los casos positivos se convirtió en la norma.
Pese a la bocanada de aire que generó el buen ritmo de vacunación, que logró disminuir tanto el número de infectados como el impacto de la enfermedad, los especialistas admiten que la pandemia aún permanece en estado latente y que podría manifestarse a través de nuevos rebrotes con el devenir del invierno.
“Nos encontramos en una etapa que en medicina se denomina transición epidemiológica, un período donde disminuyen los casos pero no es el final, sino donde más adhesión debe haber a las medidas sanitarias y de vacunación”, indicó el infectólogo Hugo Pizzi.
El doctor detalló sobre un conjunto de investigaciones científicas que explicarían que el virus aún “puede seguir mutando y darnos una sorpresa”. De hecho, gran parte de la población de “Israel tiene cuatro dosis, pero continúan sin dominar el cuadro”, ejemplificó al aire de Cadena OH!.
“Tenemos que transitar esta última etapa bien y colaborar entre todos, aunque siempre tuvimos díscolos que nunca nos ayudaron y seguirán dando problemas. No nos olvidemos que la climatología nos favoreció, pero qué va a pasar cuando en invierno tengamos todas las puertas y ventanas cerradas”, se preguntó.
Respecto a las secuelas que dejará la enfermedad, Pizzi aseguró que estudios realizados en el Hospital Cullen han revelado que, incluso en aquellos casos de asintomáticos, un 30 por ciento demostró quedar con algún problema y “no debemos olvidarse que los que estuvieron internados, quedaron con secuelas muy graves”, sin considerar “el impacto a nivel psicológico” que generó en la población, que consciente o no, “va a sentir el impacto de lo que ha sido esta tragedia”.
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