En una nueva jornada del juicio contra Esteban Lindor Alvarado, volvió a haber ruido político. Esta vez, con la declaración Gustavo Daniel “Gula” Pereyra, un comisario retirado que apuntó a la complicidad policial con la banda narco acusada.
Pereyra contó que en 2012 recibió instrucciones de la Secretaría de Delitos Complejos, por entonces a cargo Ana Viglione. También tenía solicitudes de Andrés Ferrato, funcionario de la misma área. La orden por escrito era que brindara como trabajo de calle, información sobre movimientos de policías y de bandas narco.
Tiempo después, esos mismos funcionarios desmintieron haberle dado la orden a “Gula”. Y por ese motivo fueron enviados a juicio por falso testimonio, porque el testigo que declaró hoy en el juicio, mostró documentación que daba cuenta de que todos los informes narcotráfico y policías habían sido solicitados por ellos.
Por eso este martes en el Centro de Justicia Penal dijo: “Son dos mentirosos”. Además, apuntó que Viglione -confirmando un dato que el último viernes había dado Marcelo Sain en el mismo ámbito- hoy es asesora en Seguridad en el bloque socialista en la Cámara de Diputados provincial. Y agregó otro dato: “Ferrato es profesor en la escuela de cadetes de policías de Recreo”.
Pereyra luego sería detenido por el juez Juan Carlos Vienna, por una supuesta vinculación con Los Monos, que nunca fue probada. “Me acusaron de pasar información y de tener relación con Monchi Cantero. Yo no pasé información de nada, se vio en el juicio. Nunca pudieron mostrar una sola comunicación mía”, indicó. El juez le dio la libertad en diciembre de 2013 y en febrero de 2014 le dictó falta de mérito.
Luego, el comisario retirado brindó más información sobre el accionar de policías que debían controlar el narcotráfico y retiraban dinero de los búnkeres. “Todo confluía en San Lorenzo”, dijo Pereyra, que nombró a Makhat, Di Franco y Paz. “Recibieron lotes de Alvarado. Es más, tenían un mismo constructor y maestro mayor de obra. El que hacía las comunicaciones y los pagos era Makhat”.
El último de los nombrados era Jefe de Drogas Peligrosas y habitaba una propiedad en Condominios del Alto, a nombre la esposa del líder narco. Cuando en noviembre de 2018 se allanó el departamento tras el crimen de Lucio Maldonado, la sorpresa fue que el uniformado estaba viviendo ahí.