Los ritmos circadianos tienen que ver con los cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas, y se ven afectados principalmente por la luz y la oscuridad, y están controlados por un área pequeña en el medio del encéfalo.
Así lo explica la neurocientífica especializada en sueño Sofía Axelrod, quien desarrolló un método para hacer dormir a los más chicos.
La científica afirma que "los ciclos circadianos constituyen un método práctico para ayudar a los chicos a dormir”. "Dormir es una habilidad, y los bebés muy pequeños necesitan ayuda para calmar sus cuerpos lo suficiente como para hacerlo. Esa es una habilidad crucial, porque de lo contrario la madre, padre o cuidador tiene que cumplir ese papel, a veces incluso con niños en edad escolar", especificó.
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Axelrod señaló que "nosotros podemos enseñar al cuerpo de los bebés los ritmos circadianos, al hacer que el día sea muy diferente de la noche; así enseñamos a los bebés las diferencias entre la noche y el día, y que la noche es para dormir".
"Tenemos un reloj circadiano que organiza nuestra fisiología y comportamiento, incluido el sueño. Podemos fortalecer el reloj haciendo las mismas cosas a la misma hora todos los días, como comer y dormir. ¿Qué significa esto para los bebés? Horarios", planteó la especialista.
Sobre la necesidad de sueño, indicó: "Cada uno de nosotros tiene una necesidad diaria específica, que está determinada tanto genéticamente como por la edad. Los bebés necesitan dormir más que los adultos, y su necesidad de sueño disminuye rápidamente desde el nacimiento: los recién nacidos duermen alrededor de 20 horas al día, los niños de 1 año, ya sólo 12 ó 13 horas; y los adultos, alrededor de 8 horas".
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"Para los bebés, la presión del sueño (la rapidez con la que se adormecen) aumenta mucho más rápido que para los niños mayores o los adultos, por eso necesitan tomar una siesta", completó.
En relación a los ciclos circadianos, advirtió que "la duración de la siesta y el sueño nocturno están conectados: cuanto más tiempo duermen la siesta los niños, menos duermen por la noche. Por eso es importante asegurarse de que las siestas no sean demasiado largas, para que el bebé tenga suficiente presión de sueño para dormir bien por la noche".
Fuente: Ambito