Así lo informó el Licenciado en Ciencias Políticas Diego Gorgal, en diálogo con Bigote Acosta. El análisis sobre la realidad Argentina en materia de consumo. El vínculo con el incremento de los niveles de violencia social y la corrupción política. El panorama en América Latina.
Los nuevos problemas de la Argentina en el siglo XXI están asociados a una sociedad atravesada por el narcotráfic. Y la corrupción estructural que eso trae aparejada. ¿Esto es irreversible? "La Argentina está viviendo, hace aproximadamente 15 años, una epidemia de consumo de droga. En un período muy corto de tiempo ha crecido fuertemente el porcentaje de población que experimenta. Recurrentemente, cotidianamente con distintos tipos de drogas. Eso hace el mercado doméstico, hace que el mercado interno en la Argentina haya crecido enormemente.
Por ejemplo, en el caso de la cocaína entre 2004 y el 2017, en 14 años incrementó un 400% el porcentaje de población que habitualmente consume esa droga. Eso significó, para aquellas organizaciones que trafican droga, un incremento de su mercad. Y posibilidades económicas. Por eso es la expansión del narcotráfico que hemos tenido en las primeras dos décadas de este siglo", explicó el consultado al aire de FMLatina/Cadena Oh!
No retorno
Más adelante agregó: "En general, los puntos de no retorno son de alguna manera deterministas. Hay momentos en los que es más difícil revertir el proceso, no me siento tan cómodo hablando de punto de no retorno porque eso puede llegar a caer en la resignación frente al problema (algo que no tenemos que tener). Es un problema que es complejo, es social. Pero se hace más dramático en la base de la pirámide social, donde los efectos, daños asociados al consumo de droga son exponencialmente mayores.
Esta expansión en el negocio del narcotráfico requiere dos elementos congénitos: la violencia y la corrupción. El narcotráfico funciona con niveles sistemáticos de violencia (entre otras cosas) porque es una economía calle. Si el mercado creció 400% en 13 años, el dinero asociado con ese mercado se incrementó 400% con lo cual hay que protegerlo. Una organización narco no lo protege con una agencia de seguridad privada, sino comprando armas. Uno de los elemento que estamos viendo en Argentina en los últimos 10 años es un armamento en poder de los delincuentes cada vez más potente, básicamente, porque el negocio narco cada vez es mayor", dijo Gorgal.
Quién soluciona
En ciudades como Rosario, ¿Hay un Estado que tenga intenciones de resolver este tema? "Lamentablemente la política, y tanto en gestiones anteriores como en esta gestión, hay una tendencia en los temas complejos a ser superficiales. Hay una tendencia a mostrar que se hace más que a hacer cosas que vayan a la médula del problema. En tanto el mercado doméstico de droga siga en expansión, el narcotráfico seguirá en expansión.
Porque siempre habrá alguien dispuesto a correr los riesgos para sacar lucro de quien quiere consumir droga. Por eso es que la Argentina necesita en serio una política de droga que equilibre, balance, las estrategias orientadas a restringir la oferta con aquella orientada a reducir la demanda. Si no trabajamos, sobre todo, en los potenciales nuevos consumidores para prevenir la iniciación en el uso de droga pues entonces el mercado seguirá creciendo, la epidemia de consumo seguirá creciendo. Más allá de los esfuerzos que se hagan por hacer menos accesibles o disponibles las drogas, siempre habrá alguien que esté dispuesto a ofrecerla por el lucro creciente que eso genera", dijo el entrevistado.
Plantaciones
Perú, Bolivia, Colombia y la producción, la plantación de la coca. ¿Cuánto falta para que los mismos agroquímicos que multiplicaron la producción de la coca digan por qué no vamos a algún territorio argentino que tenemos más hectáreas? "En América Latina se da un fenómeno particular.
Más allá de que el arbusto de coca tiene condiciones, porque se usa mucha tecnología asociada a la semilla (hay una evolución genética de la planta), para adaptarse a los nuevos suelos conforme las políticas de erradicación las vayan sacando de los suelos tradicionales, en general el riesgo de que haya una superficie cultivada de arbusto de coca fuera de Bolivia, Perú, Colombia es un riesgo bajo. No percibo que haya en el corto o mediano plazo que haya un riesgo de plantaciones de arbustos de coca en Argentina", respondió el consultado.
Otros derivados
Sin embargo, advirtió: "Lo que sí en algún momento tuvimos, y es un riego latente, es el de fabricación de clorhidrato de cocaína. Esto es, el procesamiento de la pasta base para transformarlo en el producto final que es clorhidrato de cocaína. Hemos tenido, en allanamientos se han descubierto, cocinas de clorhidrato de cocaína. Hay en Paraguay. Por eso, la Mesopotamia empezó a ser un eje de contrabando de cocaína y ya no solamente de marihuana. Una política de drogas en Argentina tiene que monitorear sobre todo el uso de precursores químicos, que no se desvían porque son los elementos indispensables, fundamentales para que haya esta producción en el país".
Del productor a la venta, de qué dinero hablamos: "Depende del mercado. El precio final al consumidor en Perú, Bolivia aproximadamente puede llegar a cobrar 800 dólares el kilo del producto de hojas de coca. El fabricante y exportador de esos países, por ejemplo, en el caso de Colombia pasa de 800 dólares el kilo a 2.500 dólares el kilo de clorhidrato de cocaína. Ese mismo kilo de clorhidrato de cocaína que se exporta a 2500 dólares desde Colombia, en el caso del mercado norteamericano (que es el mercado más grande de drogas en el mundo) puede estar comercializado entre 100mil y 150mil dólares en la calle, al minorista. Porque el riesgo de llevarla de Colombia a una esquina de Chicago, es muy alto. En América Latina el precio es sensiblemente inferior. Aproximadamente, esto hay que tomarlo con muchos reparos, en Argentina rondaría los 9mil dólares el kilo. No hay noción con certeza, sino ajuste por pureza, me permito dar un valor remarcado de referencia. Porque el riesgo es mucho menor", respondió Gorgal.
Drogas legales
"El tabaco, la nicotina, el alcohol instancia psicoactivas legales tienen niveles de prevalencia 40 veces más grandes de lo que tiene la cocaína. Una legalización de las drogas inexorablemente abarata el costo del producto enormemente. Si la cocaína fuese legal no debería venderse a un valor mucho mayor de lo que se compra un café, un pocillo de café. El precio tiene impacto en la demanda, hay una elasticidad precio en la demanda de esos bienes. Por lo tanto, si bien no podemos saber la magnitud, sabemos que la demanda por precio y accesibilidad van a crecer. Los daños asociados con el consumo de drogas se van a expandir. Ciertamente, los costos asociados con la ilegalidad van a disminuir".
Por último, dejó el debate abierto: "Ahora es incierto qué es lo que más vamos a reducir: los costos asociados con la ilegalidad o van a expandirse los daños asociados con el consumo. Es la ecuación que hay detrás del debate de la legalización. Algo que en todos los países del mundo, salvo el caso de la marihuana que hoy día se está empezando a debatir, ven el caso del alcohol y la nicotina: 60% de la población es consumidora de alcohol, 1,5% es consumidora de cocaína. Dicen: bueno, hay muchos costos pero no es el 60% la que está consumiendo bajo el régimen de prohibición", concluyó.