En el inicio del segundo tiempo, un grupo de hinchas caracterizados del "Fortín" se trasladó hasta la platea Sur alta, donde se habían ubicado la mayoría de los fanáticos cordobeses que viajaron y asistieron al estadio pese a la prohibición.

Durante varios minutos se produjeron serios incidentes y se vivieron momentos de tensión ya que varias personas rodaron desde la zona alta de la platea.

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En los pasillos internos de la platea también hubo corridas y golpes hasta que llegó la intervención de la policía que estaba afuera del estadio.

Desde el banco de suplentes de Talleres le advirtieron al cuarto árbitro de la situación pero el colombiano Wilmar Roldán no frenó el partido.

En la revancha del próximo miércoles, se estima que diez mil hinchas de Vélez estarán en el estadio Mario Alberto Kempes.