Otniel De León, sindicado como tiratiros de Los Monos, fue condenado a 22 años de prisión por el crimen del policía Cristian Ezequiel Ibarra, ejecutado dentro de un auto en julio de 2019 en barrio Godoy. La pena fue impuesta por un tribunal de tres jueces al término de un juicio oral. Por el mismo homicidio ya había sido condenado a 14 años de prisión en un procedimiento abreviado Ariel “Chanchón” Cantero, uno de los hijos del “Viejo”, como se conoce al fundador de la banda nacida en zona sur.
La pena que los jueces Gustavo Pérez de Urrechu, Carlos Leiva y Gonzalo López Quintana impusieron a De León, un dominicano de 33 años, es la misma que había requerido el fiscal de Homicidios Gastón Avila al inicio del juicio oral, el 12 de agosto pasado. El debate se desarrolló en el Centro de Justicia Penal y este martes llegó a su fin cuando los integrantes del tribunal leyeron el veredicto. Condenaron al acusado como autor de un homicidio agravado por el uso de arma de guerra y hurto agravado.
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“Un policía que delinque, una banda que comercializa drogas, disputas por un territorio y un resultado que ya es conocido: armas y muerte”. Así había iniciado su alegato de apertura del juicio el fiscal, al presentar el crimen de Ibarra como un “fiel reflejo” de la situación de la violencia urbana que se vive en Rosario.
El cuerpo de Cristian Ibarra fue hallado acribillado en el asiento del conductor de su auto, un Peugeot 308, el 22 de julio de 2019. Se encontró en Larralde y Deán Funes, en barrio Godoy. El suboficial de 29 años trabajaba como adscripto en la Oficina de Gestión Judicial en los tribunales de Balcarce y Pellegrini, pero en julio de 2019 estaba con carpeta médica tras haber sufrido un accidente de tránsito. De familia policial, Ibarra manejaba un emprendimiento de narcomenudeo en el consorcio 5 del Fonavi de Monteflores al 7200.
Conflicto
Según la investigación de su asesinato, para poder vender drogas en ese lugar, el policía pagaba una suerte de franquicia a Chanchón Cantero y “El Dominicano”, quienes se repartían el manejo de la zona con Alexis “Tartita” Schneider, otro de los hijos del Viejo Cantero también condenado por el homicidio de Débora Fernández, una chica de 28 años asesinada en la puerta de su casa a raíz de una pelea que tuvo con “Tartita” su hermano preso en Piñero.
A comienzos de julio de 2019 surgió un conflicto por el cual a Ibarra le retiraron el permiso. Entonces se asoció a una tal Lorena, dealer de la zona, para empezar a vender en Viamonte al 7200. La situación se fue tensando hasta que el suboficial decidió ir a arreglar la situación con Chanchón y De León. “Al colombiano ese (por el dominicano) le voy a caer en la casa”, le dijo en un audio a Chanchón la tarde del 22 de julio, y luego le escribió: “Vos sabés que a mí me gusta hablar a lo hombre. No me gusta que me ensucien con puteríos”.
Al tanto de esos movimientos, De León citó a Lorena en Oroño y Uriburu y la dejó esperando mientras se encontraba con Chanchón y el policía. Pasadas las 21 Lorena llamó a Ibarra, que estaba con quienes minutos después lo matarían. La mujer le dijo a su socio que le pasara con El Dominicano, con quien habló por unos segundos. Luego Ibarra volvió a tomar el celular para decirle a Lorena que la pasaría a buscar por Rivarola y Circunvalación, pero nunca llegó.
Sobre las 21.30 el policía fue ejecutado con seis balazos en la cabeza dentro de su Peugeot 308 Felline modelo 2012 en Deán Funes y Larralde, frente a una escuela del barrio Godoy. Cuando lo encontraron agonizante dentro del auto, que tenía tres puertas abiertas, no llevaba el arma reglamentaria, aunque se hallaron celulares y su billetera. Esto hizo descartar la hipótesis del robo y el móvil se orientó hacia un problema por narcomenudeo.