Es un dato algo curioso, teniendo en cuenta el contexto, más allá de la amortiguación que tiene el empleo público y de que la tasa de actividad, es decir la población que participa del mercado de trabajo, también está entre las más bajas del país, con un 42,2 por ciento.
En cambio, el Gran Rosario volvió a la cabeza de la tabla del desempleo nacional al final de 2018, con una tasa de 12,8 por ciento. El índice creció 5,2 puntos porcentuales en relación al año anterior, y es el más alto desde el segundo trimestre de 2006. La cifra es mayor, incluso, que la registró el aglomerado durante la crisis de 2009. Superó en casi cuatro puntos a la medición del conjunto de los 31 aglomerados, que fue de 9,1 por ciento.