El primer allanamiento fue llevado a cabo en la propiedad de una persona cuyo nombre y apellido se corresponde a la siglas JAB. En dicho lugar se constató la existencia de 110 kilogramos de producto carneo de distintos cortes. Los que carecían de control sanitario e inexistencia de documentación respaldatoria de su procedencia.
Del informe del médico veterinario sobre la carne secuestrada, se informó que la misma no era apta para el consumo humano. Se procedió a la aprehensión del JAB, quien luego recuperó su libertad. Prosiguiendo el fiscal en turno con las investigaciones de rigor.
El segundo procedimiento se realizó en la misma localidad, en el domicilio de RV constatándose la existencia de 72 kgs. Los cortes cárneos que carecían el sello sanitario, como así también la inexistencia de factura alguna. Se procedió a
la aprehensión del mismo, recuperando luego su estado de libertad.