La provincia de Santa Fe sigue el patrón nacional pero con una característica propia: las fases de expansión son más cortas y las recesivas más largas. Así surge del análisis que realizó el centro de estudios de la Bolsa de Comercio de la capital provincial. Sobre la evolución de los ciclos económicos argentino y santafesino entre 2002 y 2018.
La entidad santafesina elabora, precisamente, el Indice Compuesto de Actividad Económica de Santa Fe (Icasfe), que mide mensualmente la actividad económica en el territorio.
Los investigadores de la Bolsa de Santa Fe compararon la evolución del Icasfe en el período analizado, con la del Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae), que confecciona el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) para anticipar las fluctuaciones del Producto Bruto Interno (PBI).
Tomando como punto de partida el año 2002, testigo del ocaso de una de las mayores crisis socioeconómicas de la historia, el país registró cinco períodos contractivos en los últimos 16 años. Cuatro de ellos se registraron en la presente década. Uno de ellos, el actual, permanece inconcluso y es el de mayor impacto. Incluso supera a la caída inducida por la crisis mundial de 2008/2009, que cortó en Argentina la prolongada expansión de la posconvertibilidad.
Más acá en el tiempo, la economía nacional experimentó fases recesivas en 2012, en 2014 y en 2016. En términos estadísticos, estas fases se identifican a partir del mes siguiente del pico de actividad y se extienden hasta el mes que se identifica como valle, a partir del cual se inicia un período de expansión. En el caso de la Argentina, hasta septiembre 2011 se registra "crecimiento genuino", es decir por encima del pico alcanzado precedentemente.