Danny Glover quedó en la historia del cine con una frase emblemática de Roger Murtaugh en Arma Mortal: “Estoy demasiado viejo para esto”. Todos, en algún momento, creímos que ya se nos había pasado el tiempo para hacer algo, que estábamos grandes. Un grupo de científicos se preguntó si esta noción aplica a la actividad física.

¿Se puede empezar en cualquier momento de la vida? La respuesta es sí, al menos de acuerdo a los resultados publicados en la revista científica JAMA Network Open. Los expertos del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos observaron que no existe un punto de no retorno donde llegamos tarde y el ejercicio ya no puede proporcionarnos beneficios.

Las investigaciones vinculadas a la actividad física suelen involucrar a personas de edades determinadas (juventud, mediana edad o tercera edad). Sin embargo, en este caso los especialistas indagaron otra cosa: las mejorías que proporciona practicar deportes, ¿son distintas en quienes lo hacen con constancia durante toda la vida, respecto de quienes tienen una actividad intermitente?

Para responder a la pregunta encuestaron a más de 315 mil adultos estadounidenses de entre 50 y 71 años. Les preguntaron acerca del ejercicio físico en cuatro momentos diferentes de su vida:

  • el primero entre los 15 y los 18,
  • el segundo entre los 19 y los 29,
  • el tercero entre los 35 y 39
  • y el cuarto entre los 40 y los 61 años.

Los hallazgos para quienes entrenaban de dos a ocho horas a la semana en cada período de la vida no fueron novedosos. Infinidad de estudios señalan los beneficios de hacerlo. Comparados con personas inactivas, los que se ubicaron en esta franja:

  • presentaron un riesgo de entre un 29 y un 36% menos de mortalidad;
  • disminuyeron el peligro de morir de una enfermedad cardíaca en un 42% y de cáncer en un 14%.

Es claro, una vez más, que a mayor ejercicio hay menores factores de riesgo. Sin embargo, los investigadores se sorprendieron con las cifras de quienes fueron inactivos en su juventud pero empezaron a entrenar después de los 40 años. Este grupo tuvo resultados similares a quienes fueron consistentes con el ejercicio (comparados con personas sedentarias). De hecho, redujeron de 32 a 35% las chances de morir prematuramente y también observaron mayores beneficios si incrementaban los niveles de actividad.

“No sabemos demasiado acerca de la participación a largo plazo en actividades físicas. Esta investigación nos da una idea. Sin embargo hay que señalar que es importante mantener un estilo de vida activo en todo momento, sin importar la edad”, advirtió Pedro Saint-Maurice, uno de los autores del artículo.

En este sentido, el ejercicio físico tiene múltiples beneficios, no solo físicos. Es una buena forma de liberar estrés y de mejorar la salud mental. Por eso deberíamos hacerlo todo lo que podamos. Además, nos creará un hábito que hará más fácil la constancia a medida que envejecemos. Sin embargo, para los que piensan que ya es tarde para empezar, esta investigación les proporciona el empujón que necesitan. Nunca es en vano comenzar a hacer deporte.