La iniciativa es parte del proyecto “Naturaleza de río en Cayastá”, que forma parte del menú de políticas de la histórica localidad de la costa para embellecer y multiplicar la infraestructura verde del distrito, mejorar la salud de la población y paliar los efectos negativos del clima.
Naturaleza e historia son palabras aferradas al pasado, presente y futuro de Cayastá, la localidad santafesina costera donde hace algunos siglos atrás, Juan de Garay impulsó el asentamiento conocido como Santa Fe La Vieja.
En pos de preservar y multiplicar el patrimonio natural del distrito, en un contexto de eventos climáticos cambiantes que hoy dan lugar, por ejemplo, a una sequía pronunciada, las autoridades comunales vienen impulsando una serie de políticas ambientales con el asesoramiento de profesionales del área.
“La gestación de sector de vegetación nativa a la vera de la Ruta 62 es un hecho sumamente valioso y positivo para nosotros, y será un mojón para seguir avanzando en esta línea de trabajo. Estamos convencidos que en materia de política ambiental y cuidado de nuestra naturaleza, Cayastá tiene mucho para ganar a mediano y largo plazo”, indicó Edgardo Berli, presidente comunal de la localidad.
“Naturaleza de Río es una propuesta que venimos desarrollando desde el año pasado y ya está dando sus frutos. Expandir la infraestructura verde es fundamental, y para eso es central el rediseño del vivero público local, que ya está en marcha, con capacitaciones destinadas a ampliar capacidades productivas y proveer de flora nativa a los espacios públicos, educación ambiental y promoción de nuestro patrimonio natural. Avanzamos progresivamente, sin prisa pero sin pausa, con un objetivo central que es el futuro. Por eso también tenemos pensado proyectar un plan director de arbolado para las futuras décadas”, manifestó más adelante Verónica Devia, vice presidenta comunal.
El nuevo sector de vegetación nativa
Para llevar adelante estas iniciativas, Cayastá convocó a una especialista de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL, la Ing. Verónica Kern, quien explicó los rasgos centrales del trabajo realizado a la vera de la ruta 62.
“En el ingreso noreste a la localidad de Cayastá, por Ruta 62, se fijó una línea de árboles nativos de reciente implantación en ambos laterales. En la banquina norte hay tuscas y cina-cinas, ubicados a 12 m de la calzada (lo sugerido para la plantación de árboles por Vialidad Provincial) y aproximadamente a 6-8 m entre árboles“, indicó la profesional.
“Existen varias razones para avanzar en esta propuesta. El mantenimiento de los árboles en línea, cortando el césped en su proximidad es dificultoso, sea que se realice mediante desmalezadoras o motoguadañas. Implica gasto de combustible, trabajo y a menudo resulta en daños a los árboles. Además, es innecesario, dado que en este sector crecen plantas nativas, cuya floración resultaría en una pradera natural, original y valiosa para insectos benéficos y aves“, continuó más adelante Kern.
La comuna propone de esta manera una situación superadora de lo anterior, al mantener desmalezado desde la ruta, sólo una franja de 6 m por razones de seguridad y el eventual descenso de vehículos y clausurar el sector siguiente, hasta la cuneta (16 m desde la ruta) o, mejor aún, hasta el alambrado.
En poco tiempo se delimitará el espacio con estacas para ser referenciado por la población y visitantes ocasionales. Hacia el norte de la línea actual de árboles se plantarán otros árboles nativos multiplicados en el vivero comunal: aromitos, algarrobos, cina-cinas, tuscas, a escasa distancia entre sí y sin seguir una línea determinada. Ello resultará en una franja de vegetación nativa, muy diversa y valiosa, compuesta de árboles, arbustos, hierbas y pastos nativos, propios de la zona, que puede difundirse como un valioso aporte al cuidado ambiental, en cuanto al ahorro de combustibles fósiles y al aporte de plantas, que favorecen el suelo, la infiltración del agua de lluvia y proveen hábitat y recurso alimenticio a polinizadores, aves y demás seres vivos, valiosos servicios ambientales de la vegetación natural.
“El progreso de este parche de vegetación nativa, es importante para la localidad, y será compartido mediante fotos en las redes sociales mostrando las plantas presentes, su floración y expliquen las relaciones biológicas que propician. Muchas de estas especies se están multiplicando en el vivero comunal y comenzando a cultivar en los espacios verdes, no tiene sentido eliminarlas en esta situación. Respetar la vegetación nativa es una acción sencilla y de vanguardia en la protección del ambiente. Requiere reemplazar antiguos criterios de orden, limpieza y prolijidad que atentan contra la biodiversidad, el rol único e insustituible de cada ser vivo y la belleza de lo natural, propio y original. Esta situación, donde se procura un sector de vegetación natural, incluyendo árboles nativos desalineados y respetando las plantas espontáneas, es superadora a la condición de plantar líneas de árboles y procurar césped corto debajo de ellas. Paisajísticamente tiene la belleza de lo natural y original y ambientalmente contribuye a restaurar el ecosistema, proveyendo recursos y hábitat para numerosos seres vivos“, indicó finalmente la profesional.