Alicia Ostri y Marianela, mamá y hermana de Paula, recordaron los primeros días de búsqueda. Y hablaron con emoción de la situación de los hijos de la víctima, que está desaparecida desde 2011.

Con la presencia como testigos de la madre y la hermana de Paula Perassi en la sala de audiencias, se desarrolló ayer una nueva jornada del juicio. El mismo es por la desaparición de la mujer que el 18 de septiembre de 2011 salió de su casa y no volvió nunca más.

Fueron testimonios emotivos, más allá de que muchos datos ya habían sido volcados como pruebas en instancias anteriores. Salvo algunos datos relativos a rasgos de personalidad de Paula y comportamientos que había tenido muchos años antes de su desaparición, cuando era más joven. “Que me digan la verdad, que no me anden con vueltas, quiero saber dónde está Paula”, suplicó la madre.

La jornada tuvo también el testimonio de un taxista que desde el primero momento se solidarizó con Alberto Perassi, padre de Paula. Y que recibió en su casa un cajón mortuorio con una leyenda que decía. “Desaparición y muerte, sos el próximo Perassi”.

La madre

Alicia Ostri tiene hoy 68 años. El 19 de septiembre, al día siguiente de que su hija dejara la casa que habitaba con su esposo y sus hijos, se levantó con la noticia de que Paula no había vuelto. Con dolor, recordó ayer que cuando se despertó “estaban hablando de eso” las otras hijas en la casa. “Pensé en sus hijos, porque ella habrá tenido todas las dificultades que dijeron, pero sus hijos eran lo principal. No los podría haber dejado”, dijo.

Fue a la casa de su hija a ver qué pasaba. Se encontró con el esposo y los hijos de Paula. “Rodolfo (Ortiz de Elguea, esposo de la víctima) tenía que ir a hacer la denuncia. Me llevé a los chicos y desde entonces los tengo conmigo”, recordó ayer. Esperaba entonces que la hija volviera para llevar al chico mayor a la escuela, pero no lo hizo. Con voz casi quebrada, Alicia contó: “Lucas preguntó por su mamá, le dijimos que había ido al médico, que todavía no había vuelto...es muy duro decir todo esto”.

Aquel 19 de septiembre la mujer fue por la tarde al taller de su esposo Alberto. Y ahí se encontró con Gabriel Strumia (amante de Paula, hoy uno de los acusados civiles). “Nos abrazamos y lloramos; después, él fue a buscar una foto de Paula. Y le dijo a mi esposo que lo buscáramos al comisario (Adolfo) Puyol (hoy sindicado como encubridor) para acelerar las cosas”, contó. Y narró que fue Strumia quien les llevó la foto para iniciar la búsqueda de paradero. “Después no lo vi más”, dijo.

Responsables

La mujer apuntó al empresario de Puerto San Martín y a su esposa Roxana Michl como los responsables de la desaparición de su hija. Recordó que al poco tiempo se enteró que Paula estaba embaraza, que el amigo de la familia era su amante. Y que a poco de la desaparición el juez de instrucción de San Lorenzo, Eduardo Filocco, les dijo a ella y a su esposo que “Paula era una loquita, que se había calentado y que iba a volver. Me lo dijo en la cara”.

Alicia Ostri habló asimismo de cosas que ya se habían ventilado. Como los dichos de dos ex yernos de Mirta Ruñisky (sentada en el banquillo como la persona que presuntamente le practicó el aborto a Paula) de que sabían lo que había pasado con tu hija.

Rasgos de carácter

En varias ocasiones, la madre debió leer declaraciones que formulara los primeros días de búsqueda de Paula. Ya sea para refrescar su memoria o para marcar contradicciones en su relato.

Así, y a instancias de la defensa de Strumia y Michl, la mujer leyó testimonios de aquellos primeros días. En los mismos, había dicho que su hija era “mentirosa” y rebelde. Que el día en que desapareció le había contado telefónicamente que estaba cansada de los hijos y que se quería ir. Que cuando era más chica había tenido problemas alimenticios y que debieron hacerle un lavado de estómago por una sobreingesta de medicamentos (se habló de “pastillas”).

También tuvo que reconocer que en una oportunidad, su hija se fue de la casa porque su padre desaprobaba una relación que ella tenía con un hombre mayor. La chica se había ido con su abuela a la localidad de Clarke.

La mujer, no obstante, aclaró que aquellos episodios habían ocurrido cuando su hija era mucho más chica (habló de los 17 y 18 años). Y que en todos estos años había crecido y madurado. “Era amable, no tenía problemas de hablar con nadie, saludaba a todos. Era muy buena mamá, compañera con sus hermanas y conmigo. Era una Paula distinta, por eso digo que no sé hizo la locura que hizo, para mi la deben haber conversado mucho”, añadió.

Audio

A lo último, le hicieron recordar un audio que ya se había escuchado en el juicio. Del mismo, la mujer tenía conocimiento porque se lo habían hecho oír al principio de la investigación. Es una voz femenina que pide auxilio, grabada luego de la desaparición de Paula desde el teléfono fijo de Strumia. Alicia negó que esa fuera la voz de su hija y la atribuyó a la imputada Michl. Esta aseveración llevó a la defensa de los imputados a hacer varias preguntas respecto de sus conocimientos de física, fonoaudiología y acústica forense. Todo como una forma de desacreditar su impresión.

“Somos tres madres”

Otro testimonio emotivo fue el de la hermana de Paula, Marianela, quien tenía 21 años cuando la mujer desapareció. La joven contó que luego de que su hermana se fuera de la casa y no regresara más, ella fue al sanatorio Británico de Rosario a buscar unos estudios de su madre. Pero al pedir los de “Perassi” les dieron los de su hermana. “Era un análisis sub Beta, yo tenía 21 años, no sabía qué era, ahora lo sé. Fui a la secretaría y pregunté, me dijeron que era un test de embarazo y que era positivo”, relató.

Su testimonio fue más conmovedor y la hizo quebrarse al recordar la situación de sus sobrinos. “Fueron momentos complicados”, dijo entre llanto, y contó que los dos chicos (uno cursa la secundaria, el otro la primaria) viven ahora con ellos. “Yo no me puedo ocupar tanto porque trabajo en Rosario, pero se encarga mucho mi hermana más grande. De golpe, pasamos a ser tres madres: mi mamá, mi hermana y yo, para intentar reemplazar a Paula”.

La actualidad

Hoy los dos hijos de la mujer desaparecida van a la escuela, y tratan de hacer una vida normal, contó la tía en su testimonio. “Saben todo lo que está pasando, que la mamá tenía un amante, que estaba embarazada, que le hicieron un aborto y que no sabemos dónde está. Hoy, con los medios de comunicación y todas las redes sociales, no se les puede ocultar las cosas. Porque no sabemos si está viva o muerta, suponemos que está muerta, pero queremos al menos que nos den sus huesos”.