Un estudio del IEC-Conadu señala que la inversión en universidades cayó desde el 0,85 por ciento del PBI en 2015 al 0,75 en 2018.

El financiamiento de las universidades nacionales sufrió un sostenido deterioro. Esto durante los primeros tres años de gobierno de la alianza Cambiemos. Un dato alcanza para resaltarlo. La inversión en el sistema universitario pasó de representar el 0,85 por ciento del PBI en 2015 al 0,75 por ciento en 2018 (en un PBI que, además, se vio sustancialmente contraído). Y el pronóstico para este año es aún más negativo. A esas conclusiones arribó un informe del Instituto de Estudios y Capacitación (IEC), dependiente de la Conadu.

Titulado “Análisis de la política de financiamiento para las Universidades Nacionales 2016/2018”, el trabajo señala que “la menor prioridad de la educación en general y de las universidades en particular puede comprobarse tanto en términos de su participación del PBI, de su evolución con respecto a los índices de inflación o en cuanto a su participación en el presupuesto total, donde pierden peso frente al crecimiento acelerado de los servicios de la deuda externa”.

Presupuesto

Así, detalla que el presupuesto asignado a las universidades durante el período fue muy por detrás de la inflación, casi 24 puntos menos. Por lo que, en términos reales, las casas de estudios perdieron un 10 por ciento en su poder adquisitivo en solo tres años.

El estudio corrobora que la política de este Gobierno ha producido un severo perjuicio en el sistema universitario. Sobre la base de un sistemático y deliberado proceso de ajuste presupuestario. El mismo, operado a través de la subejecución y el recorte de partidas, y un fuerte desfinanciamiento por efecto de la inflación”, explicó Yamile Socolosky, directora del IEC.

Recorte de partidas

El recorte de partidas presupuestarias se combinó con la cancelación de contratos con otras dependencias públicas. Por los que las universidades también recibían recursos, con la pulverización de programas como el Fondo Universitario para el Desarrollo Regional (Fundar). O las becas para carreras prioritarias o las becas para estudiantes de bajos recursos. Esto último en coincidencia con una fuerte reducción de las becas Progresar.

Respecto del primer punto, el estudio del IEC señala que, desde la asunción de Mauricio Macri, se viene reduciendo el presupuesto que otras carteras, diferentes a la de Educación, destinan a las universidades: mientras que en 2015 la participación de otros ministerios en el presupuesto destinado a las casas de estudios nacionales era del 3,74 por ciento, para finales del 2018 este porcentaje se redujo al 0,5. El informe contrasta ese escenario de ajuste generalizado con el período de gobierno previo, 2012-2015, cuando la inversión en el sistema universitario había sido en promedio del 0,83 por ciento del PBI, con tendencia creciente y en una economía que creció en tres de esos cuatro años.

Para Socolosky, “el ajuste sobre la universidad pública lesiona, además de las condiciones de trabajo en ella, el derecho humano a la educación y el derecho de nuestro pueblo a una actividad de producción de conocimiento que ayude a mejorar la vida de todas y todos. Defender la universidad pública es una cuestión de primer orden para la democracia y la soberanía”. El secretario de organización de Conadu, Federico Montero, advirtió además que “no se trata de un reclamo sectorial sino que tiene que ver con un modelo de país. Sabemos que la respuesta debe vincular lo sectorial con lo general para construir una alternativa”.