Es el director del Instituto de Investigaciones para el Descubrimiento de Fármacos y principal referente del laboratorio de Max Planck en la ciudad de Rosario.

Era un secreto a voces entre los científicos de la ciudad hasta que el jueves pasado la Asociación de Trabajadores del Estado de Rosario (ATE) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) filial local presentaron un escrito dirigido a las autoridades del Centro Científico y Tecnológico de Rosario (CCT) pidiendo que el director del Instituto de Investigaciones para el Descubrimiento de Fármacos de Rosario, Claudio Fernández, sea apartado de su cargo por acoso laboral.

Fernández es un reconocido investigador al que se lo señala como responsable de que hoy sólo queden unas pocas personas trabajando en el instituto cuando llegaron a ser más de 40. Conicet Rosario intervino en las últimas semanas separando a los becarios que quisieron irse: casi todo el plantel. Mañana está prevista una reunión en Buenos Aires con las autoridades nacionales del Conicet para definir su situación.

La Capital confirmó además que en el Instituto Max Planck, en Alemania, del que Fernández es su referente principal en la Argentina, ya tomaron conocimiento del caso y designaron a una abogada para que siga de cerca el caso. "Queremos que se investigue", aseguró, vía mail, un miembro de la prestigiosa entidad. El próximo 17 de mayo llegarán para una auditoría. Algunos de los denunciantes tienen previsto ofrecerles pruebas contra Fernández.

De los 40 personas que integraron en algún momento el instituto, la mayoría aseguró frente a colegas y superiores que fueron maltratadas de diversas maneras por su jefe y 15 investigadores presentaron denuncias por escrito a las autoridades del Conicet y a la Universidad Nacional de Rosario. De aquel gran equipo ya no queda casi nadie bajo la órbita del científico que se hizo conocido (y que fue entrevistado numerosas veces en medios periodísticos locales y nacionales) por una línea de investigación en torno al Parkinson y por estar al frente de un doctorado binacional.

Tanto desde el área de Legales como de Recursos Humanos del Conicet lo citaron hace unos días. Luego del encuentro le iniciaron un sumario.

En la carta que ATE y CTA dirigieron a las autoridades del Centro Científico y Tecnológico de Rosario se expresa que "el instituto ha sufrido un proceso que comenzó a menos de un año de su creación (en 2006) y a la fecha resulta inocultable y extremadamente preocupante ya que ha quedado una cantidad insignificante de trabajadores. No sólo se ha producido el éxodo de la casi totalidad de los investigadores que conformaron el plantel inicial sino que además, trabajadores de la carrera, el personal de apoyo del Conicet, administrativos contratados por el Conicet y la UNR y becarios de distinta procedencia, han decidido abandonar ese lugar en distintos momentos".

Tanto ATE como CTA indican que fue una persona que ejercía sus tareas junto a Fernández, contratada por la UNR, la que hizo la primera denuncia contra el director, hecho que desencadenó nuevas presentaciones que provocaron la reubicación de otros trabajadores. En todos los casos se señala como causales de esas denuncias o solicitudes de cambio de lugar "el maltrato ejercido por el director del instituto, de variadas maneras, y la generación de un clima laboral de hostilidad". También se menciona en esa carta que existen testimonios de personas que estuvieron en otros momentos trabajando allí, en el edificio de Ocampo y Viamonte, y que "dan cuenta de experiencias similares".

Las vivencias

Este diario habló con dos de los ex miembros del equipo del Instituto de Investigaciones para el Descubrimiento de Fármacos, quienes estuvieron entre los primeros en denunciar al director. Afirmaron que ellos —y varios más— recurrirán esta semana a la Justicia local para dar cuenta de lo que describen como un padecimiento de años.

"Estamos decididos a ir hasta el final con este tema. Tocamos todas las puertas: las del Max Planck, de la UNR y del Conicet. Hicimos lo posible y más para que nos escuchen y actúen en consecuencia porque la situación es gravísima, y esa gravedad es visible porque actualmente no queda casi nadie trabajando con Fernández. Es un caso único en el mundo: un instituto equipado tecnológicamente al más alto nivel, con una estructura enorme y que ahora está vacío. No hay dudas", puntualizaron.

"Las agresiones hacia los investigadores y personal administrativo, entre otros, eran constantes. En forma verbal, y a los gritos en muchas oportunidades. El director manipula a quienes están bajo su mando. El clima laboral era asfixiante, de total hostilidad. En lo personal tuve que soportar presiones desmedidas, tormentos, como por ejemplo que me dijera que yo no servía, que no era inteligente, que no me merecía estar ahí, por mencionar algunas de las situaciones cotidianas. La gente salía llorando más de una vez", dijo uno de los afectados. Las denuncias hacen clara referencia al mobbing (acoso laboral). No se registran presentaciones por violencia de género. La mayoría de los afectados son varones.

Un investigador principal del Conicet confirmó a este diario que al menos cuatro personas recurrieron a él para que los ayudara "a salir" del Max Planck (tal como se conoce popularmente al instituto que dirige Fernández). "Becarios, investigadores que estaban allí haciendo su posdoctorado nos relataban situaciones tremendas. Es difícil entender por qué no se tomaron medidas antes", destacó.

Máximas autoridades de Conicet mencionaron ayer a La Capital que "el nivel de las denuncias es tan importante y contundente que decidimos actuar: a todos los que nos pidieron cambio de lugar se lo dimos. Hay testimonios de trabajadores que estuvieron hasta hace poco y también de gente que ya se fue, incluso becarios que eran de otros países, que hablan claramente de acoso laboral. Las denuncias están centradas en hechos de violencia. El nivel de incomodidad fue y es muy grande".

Las mismas fuentes afirmaron que se inició un sumario al director desde el área de jurídicas del Conicet: "El panorama es muy crítica, muy difícil", admitieron. Y destacaron la importancia de la reunión de mañana en Buenos Aires, en la que se podría determinar, en el caso de que no se aparte al director, que el instituto no pertenezca más al Conicet.

>> Sin respuestas

Este diario intentó comunicarse desde el viernes con Claudio Fernández vía telefónica y por WhatsApp. Al cierre de esta edición no se había recibido una respuesta.