En la literatura médica hay sólo diez casos documentados, sin embargo las probabilidades de que ocurra se ven aumentadas cuando la mujer es estimulada hormonalmente para concebir “in vitro”.

“La superfetación es un fenómeno que supone la concepción y el desarrollo de un embrión estando ya en estado de gestación previamente. El resultado de esto es un embarazo de mellizos con diferente edad gestacional”, define el doctor Mario Palermo (MN 42554), especialista en Medicina Fetal y Profesor Titular de Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. “La situación de superfetación es extremadamente rara en los humanos, En cambio, en roedores, caballos y ovejas ocurre con mayor frecuencia. Los pocos casos que se han dado han sido consecuencia de los tratamientos hormonales utilizados en los procesos de reproducción asistida”, aclara el doctor Diego Griessi (MN 111140), especialista en fertilidad .

La explicación

Cuando una mujer queda embarazada, los altos niveles de la hormona progesterona provocan un bloqueo ovárico y evitan la maduración de nuevos folículos. Por tanto, un error en toda esta regulación hormonal del ovario es el responsable de la superfetación. Además, también es necesario que tengan lugar otros dos sucesos para que pueda producirse un nuevo embarazo:

  1. La penetración de los espermatozoides por el moco cervical del cuello uterino, mucho más denso y con una acción antibacteriana.
  2. Un endometrio receptivo para una nueva implantación embrionaria y sin afectar al embrión ya implantado.

“Todos estos fenómenos poco usuales han sido asociados a los tratamientos de reproducción asistida, donde la mujer debe administrarse altas dosis hormonales para la estimulación ovárica”, explica Griessi.
“Normalmente, la diferencia gestacional de los dos embriones es de 2-4 semanas. De hecho, podría pasar que los bebés fruto de una superfetación tengan dos padres distintos si la mujer mantiene relaciones sexuales sin protección con otro hombre a las pocas semanas de haber quedado embarazada”, agrega Palermo.

El diagnóstico de la superfetación tiene lugar durante la ecografía del primer trimestre, cuando el ginecólogo observa que hay dos sacos gestacionales con embriones de distinto tamaño y estado de desarrollo.

Ambos especialistas remarcan la importancia de no confundir la superfetación con un embarazo múltiple normal cuando existen diferencias en el tamaño fetal. En ocasiones, las discrepancias de tamaño se deben a un bloqueo en el crecimiento o a alteraciones en el desarrollo de uno de los embriones.

Riesgos de la superfetación

“Ante un caso de superfetación, los obstetras deben tener en cuenta que el nacimiento de ambos bebés debe ser de manera simultánea, ya sea por parto natural o por cesárea”, resalta el Dr. Mario Palermo y agrega, “esto implica que uno de los bebés nacerá prematuro. Por tanto, la fecha del parto se elegirá de manera que afecte lo menos posible al feto de menor edad gestacional”, concluye.