Se da en el marco del alza de los índices de desempleo y la suba de la inflación. Hay caras nuevas en los comedores populares.

Sólo en un año, el municipio de Rosario incrementó un 67 por ciento el presupuesto que destina para atender la creciente demanda de alimentos que reciben comedores populares y copas de leche. Y en el mismo período creció un 84 por ciento la entrega de cajas de alimentos a las familias de los niños que asisten a los Centros de Convivencia Barrial (CCB). Los datos aparecen como el lado B del alza en los índices de desempleo y la suba de la inflación que se ensañan con los sectores más vulnerables de la población. Y se traducen en las caras nuevas que a diario se acercan a los comedores populares que funcionan en barrios como Empalme, Ludueña o San Francisquito.

Cifras

Las cifras sobre el alza en los distintos programas de asistencia de la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad forman parte de un informe que se presentará la semana próxima en el marco de la declaración de emergencia social, aprobada por el Concejo Municipal en septiembre pasado.

Desde entonces, todos los indicadores socioeconómicos mostraron una caída. En marzo pasado, el Indec difundió los números del desempleo para el cuarto trimestre de 2018. En el Gran Rosario, la tasa de desocupación fue de 12,8 por ciento, unos cinco puntos más que el año anterior.

Costo de vida

La inflación de marzo (del 4,7 por ciento) dejó al 31,8 por ciento de la población de la ciudad por debajo de la linea de pobreza. Desde fines de 2017, la cantidad de familias cuyos ingresos no alcanzan a cubrir la canasta básica creció un 60,6 por ciento. En términos absolutos, la pobreza absorbe en la ciudad a 415.829 personas, de las cuales 78.091 son indigentes.

Hay más. Un estudio realizado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) que mide la evolución de los precios en cuatro barrios populares de la ciudad mostró que en marzo una familia tipo necesitó $33.347 para cubrir sus necesidades básicas. Doce meses antes el costo de la misma canasta de alimentos rondaba los $21.023, un 59 por ciento menos. Entre diciembre de 2016 y marzo de 2019 los precios de algunos productos de primera necesidad tuvieron aumentos del más del ciento por ciento. Entre ellos, el arroz ( 270 por ciento), panificados ( 150 por ciento), papa (141 por ciento), fideos (120 por ciento) y carnes (100 por ciento).

El otro lado

Las consecuencias de la crisis económica, se muestra claramente en el aumento de la demanda que llega a la Secretaría de Desarrollo Social del municipio. No sólo cada vez más personas llegan hasta las oficinas de Santa Fe al 600, sino que se acercan con historias cada vez más complejas de abordar, según destacan los operadores del area.

El informe al que accedió LaCapital pone en números las dificultades que se viven por fuera de los bulevares. En un año, los aportes económicos que reciben unas 250 organizaciones de base para la asistencia alimentaria de la población crecieron un 67 por ciento. Son los comedores y copas de leche sostenidos por asociaciones comunitarias, religiosas o de partidos políticos que reciben a diario a cientos de vecinos.

Plástico

No es el único programa de asistencia alimentaria. La tarjeta de ciudadanía —unos 300 pesos que permiten la compra de alimentos para mujeres con niños menores de 14 años, chicos con bajo peso, discapacitados o adultos mayores— sumó este año mensualmente un promedio de 350 nuevos beneficiarios por mes. Este programa se financia con fondos del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y la provincia en partes iguales.

Además, durante el año pasado, se decidió acompañar con una merienda, las actividades socioeducativas llevadas a cabo en los Centros de Convivencia Barrial. Mensualmente se distribuyeron en los CCB un promedio de 42.421 raciones de alimentos.

Y también se incrementaron las cajas de alimentos que se entregan a las familias de los niños y niñas de primera infancia que asisten a los centros. Entre marzo y diciembre del año pasado, los beneficiarios de estas mercaderías crecieron un 84 por ciento.