Un hombre que a sus 12 años construyó un auto de madera. El primero que mudó su empresa al actual barrio industrial. El mismo que donaba su sueldo cuando era concejal. Él es el protagonista de esta nota: Agustín Giuliani.
Durante su adolescencia concurrió a la actual Escuela Técnica, conocida en aquella época como la Escuela Fábrica. A su vez, hacía sus prácticas en los talleres de Gentilini. Ambas instituciones, prepararon a varios de los que luego abrieron empresas.
En sus comienzos, compró un torno brasileño con el cual hacía reparaciones generales junto a su hermano Nino, en un galpón muy pequeño que tenían en su casa. Restauraban gatos hidráulicos para los camiones, y luego, comenzaron a producir amortiguadores y crucetas. Más tarde, abandonó los camiones e ingresó al ámbito del alimento balanceado.
En el año 1951 fundó Giuliani Hermanos S.A. En ese momento tenían ocho empleados, pero luego fueron aumentando, y llegó a tener 240. Agustín siempre fue muy emprendedor, la mayor parte de su tiempo lo empleaba ideando cosas nuevas, por lo que la empresa creció a pasos agigantados. Como resultado, en 1970, le compró los terrenos a Sabena, y se establecieron en el lugar donde se encuentran hoy en día.
“Yo le decía a Modenesi, y a las demás fábricas que estaban en la ciudad, que se tenían que ir allá, y me decían que estaba loco. Y ahora todo el parque industrial se encuentra allí”, manifiesta Agustín.