Bajo la fachada de un portón con la inscripción “prohibido estacionar”, operaría una cocina clandestina encargada de elaborar viandas para distintos gremios de la ciudad de Santa Fe.
Desde su interior se habrían generado cientos de bandejas de comida sin ningún tipo de control bromatológico ni de sanidad.
Los vecinos aledaños al “local”, ubicado en pleno microcentro santafesino, habrían denunciado malos olores y otro tipo de descuidos de salubridad en su interior.
La existencia de esta cocina ilegal sería posible gracias a que su titular, identificado con las siglas S. CH., habría contado con el respaldo de un ex funcionario de mismo apellido, quien, a través de su injerencia, garantizó por mucho tiempo la inexistencia de inspecciones de rigor en el lugar.
En conocimiento del ilícito, la actual administración municipal parece mirar para otro lado, pese a las graves consecuencias que este tipo de labor acarrearía si no es realizado bajo las medidas de inspección y control necesarias.