A partir de un estudio, se observó que los niños y niñas que van a escuelas con mayores niveles de contaminación procedente del tráfico tienen un menor desarrollo cognitivo.

Un nuevo estudio halla una relación entre la exposición a partículas PM2,5 durante los primeros años de vida y un peor rendimiento de la memoria de trabajo y de la atención ejecutiva. Los resultados refuerzan trabajos anteriores y confirman la amenaza de la contaminación para el neurodesarrollo de niños y niñas.

Investigación

La investigación se ha realizado en el marco del proyecto BREATHE y ha sido publicada en Environmental Health Perspectives. Su objetivo fue profundizar en el conocimiento generado por anteriores estudios realizados por el mismo equipo. Estos observaron que los niños y niñas que van a escuelas con mayores niveles de contaminación procedente del tráfico tienen un menor desarrollo cognitivo.

Los resultados mostraron que una mayor exposición a partículas finas (PM2,5) desde el embarazo hasta los 7 años de edad estaba asociada a una menor memoria de trabajo. Esto al alcanzar las edades en que se practicaron los tests cognitivos (entre los 7 y los 10 años).

Estos resultados muestran un efecto acumulado de la exposición a las partículas finas a lo largo de todo el periodo de estudio. Aunque la asociación hallada es más fuerte si se toman en cuenta los años más recientes. La memoria de trabajo es un sistema cognitivo que se ocupa de almacenar información para su posterior manipulación. Y que resulta fundamental para el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas o la comprensión del lenguaje.