A comienzos de julio arrancó una nueva campaña de frutillas en la tradicional localidad de Coronda. Una cosecha que viene -como todas las economías regionales- marcada desde hace tiempo por el escenario macroeconómico.

 

Miguel García admitió que la situación actual no es de las mejores. El presidente de la Asociación de Productores y referente de una de las familias fundadoras de la actividad, remarcó que lejos de beneficiarse con los cambios en retenciones, la exportación está prácticamente abandonada hace años por el esquema de costos.

El año pasado se cumplieron 100 cosechas seguidas de frutilla corondina. Pero lejos de festejar, desde el sector reclaman la atención de la política para poder seguir generando la mano de obra (que hoy se estima en 7.000 puestos de trabajo claves para la región).

Además, denunció que el área sembrada se sigue achicando en Santa Fe. “La zona tenía unas 300 hectáreas, pero este año estimamos una caída de un 10 % de superficie por todos los problemas económicos y financieros de la actividad”.

En cuanto a esto, remarcó que hoy la producción de Coronda está apuntada al mercado de frescos. “Lógicamente que un porcentaje de toda la producción (sobre todo la fruta de menor tamaño) va a la industria, pero no es la de precios más tentadores, aunque es un complemento a la actividad general”.

García enfatiza en que ellos tienen los costos argentinos y los precios internacionales, “y no estamos siendo competitivos, pero esto no es de ahora, esto arranca en 2008, donde cada vez más fuimos perdiendo el margen de rentabilidad, y ya desde 2011 directamente no conviene exportar”.

Por otro lado, el productor Daniel Dip sostuvo en esta misma línea que vienen de 3 años de malas cosechas y malos precios, y que las inversiones necesarias para mantenerse y crecer son millonarias. “Armar un macro túnel cuesta casi $ 1.5 millón por hectárea pero hoy en día no tenemos crédito. Si tuviéramos una financiación a 3 años podríamos hacerlo, pero como no la tenemos, estamos estancados”, se lamentó.