El hecho que tuvo como víctima a Ezequiel Peralta, de 24 años, se registró en horas de la tarde este miércoles mientras realizaba su habitual recorrido en el interior del Cementerio.

 

El joven recibió un disparo en la pierna tras ser atacado por tres malvivientes.

A horas de haber recibido el alta, Ezequiel relató cómo se dio el hecho que puso en riesgo su vida y por el cual tuvo que ser derivado al hospital José María Cullen.

“Yo me encontraba recorriendo el Cementerio como lo hacemos habitualmente cuando observo un masculino”, empieza su relato.

Ezequiel le advierte a esta persona que por razones de seguridad debía retirarse, al acercarse, dos hombres más se arrojan sobre él y cae derribado.

“Cuando me tiran uno de ellos saca un arma. Todo el tiempo me pedían que les diera la pistola. Yo trabajo para la Seguridad Municipal, no porto armas”.

A pesar de las explicaciones que la víctima daba, los malvivientes le dispararon en la pierna. “Tirado en el suelo me empiezan a revolcar. Uno de ellos gritaba “pégale otro, pégale otro", sigue su relato Ezequiel.

Pocos minutos pasaron hasta que una de las compañeras asistió al joven que se encontraba tirado en el suelo.

“Sinceramente yo pensé que me ejecutaban en el suelo porque me levantaron la ropa, no sé si me agarraron a patadas. En todo momento decían “sacale el fierro”, agregó.

Por la falta de luz que reina en el Cementerio Ezequiel no pudo identificar a las personas que casi lo matan.

Pedido

El llamado de sus compañeros al 911 fue vital para que el guardia fuera derivado a tiempo al hospital Cullen, ya que ante la demora de la ambulancia los agentes policiales decidieron trasladarlo en el patrullero.

Ezequiel recibió un disparo en la pierna izquierda, con orificio de entrada y salida. Tras ser asistido rápidamente en el nosocomio provincial.

A pesar del episodio que le tocó atravesar y de la gravedad que reviste, el joven se mostró agradecido por la atención que le brindaron los profesionales de la salud.

“Me hicieron las placas para ver si el disparo había tocado alguna arteria o hueso”, cuenta.

Sin custodia policial

“Por cuestiones de presupuesto la policía que hacía su trabajo a la noche como custodia fue retirada y quedó la GSI, con mis compañeros estamos solos”, detalló.

Esta situación se da hace dos meses y deja expuestos a los trabajadores. “Todo el mundo sabía que estábamos regalados”, especificó.

“Yo en lo único que pensaba en todo momento era en mi familia y en mis hijos que son lo más importante que tengo”, asegura Ezequiel que es padre de dos hijos, un nene de cinco y una nena de dos que cumple años este jueves.