Pasaron dos meses de la persecución policial que terminó con la muerte de cuatro adolescentes.

Rocío Quagliarello, la única sobreviviente de la fatal persecución policial que terminó con la muerte de cuatro adolescentes en San Miguel del Monte habló anoche por primera vez.

"Me acuerdo de cosas que son importantes para la causa, pero no las quiero contar", dijo para asegurar que no tiene miedo de declarar.

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Camila López, Danilo Sansone y Gonzalo Domínguez viajaban junto a Rocío en el auto de Aníbal Suárez, el único mayor de edad entre los chicos que esa noche chocaron contra el acoplado de un camión estacionado en la colectora de la ruta 3, tras una persecución policial.

Acompañada de su hermana Sofia, su prima Luz y su mamá Luana, Rocío relató que era la primera vez que se subía al auto a dar una vuelta, en relación al Fiat Spazio en el que circulaban ese 20 de mayo.

"Ese día estábamos con Cami y pasaron Danilo y Gonzalo en el auto de Aníbal. Nos convencieron de subir y dar una vuelta", agregó en una entrevista con Telenoche.

"Danilo, Gonzalo y Camila eran mis amigos, con los que pasaba la mayoría del tiempo", afirmó sobre tres de los chicos que murieron.

Rocío cumplió 14 años mientras se rehabilitaba de las múltiples fracturas que sufrió por el choque. "Estoy bien, el brazo todavía no lo puedo mover. Viene la kinesióloga tres veces por semana. Tengo alguna molestia, pero ya no dolores fuertes", contó.

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Sobre la persecución, dijo: "Me acuerdo algunas cosas, pero no las quiero contar. Solo se lo conté a ellas (por la hermana y su prima)". Y destacó que pueden ser "importantes" para la causa que investiga el accionar de la policía.

"(Nunca pensé) que la policía podía hacernos daño. Confiábamos en ellos, no teníamos miedo", recordó.

"En el hospital, una noche se acercaron dos policías para intentar ver a Rocío. El Jefe de Admisión del El Cruce (el centro médico de Florencio Varela en el que estuvo internada) los retuvo y no los dejó pasar. Querían verla a ella, ni siquiera hablar conmigo. Desde esa noche tenemos custodia de la Gendarmería", reveló su mamá, sobre la presencia de esa fuerza federal, que rota tres efectivos cada ocho horas en la puerta de su casa.