La actividad se llevó a cabo este sábado 25 de enero, de 10 a 12 horas, en la costanera santotomesina.
Fue rganizada por el proyecto Mi Ciudad No es un Cenicero de la Escuela Pilares. Acompañó la propuesta la Municipalidad de Santo Tomé. La metodología era cambiar un recipiente de 500 cc repleto de colillas por un vaso de refresco.
Las colillas tienen alrededor de 150 químicos que son dañinos para la salud, el suelo y el agua. Este último es el más preocupante porque hay un montón de estudios que dice que cada colilla contamina 50 litros de agua.