Tomó un primer sorbo y lo escupió. Los padres la retaron pero no sabían que era un reflejo de supervivencia. Le habían servido detergente industrial en lugar de jugo de manzana. Se dieron cuenta horas más tarde, tras los análisis que le hicieron en la guardia del Hospital Universitario de Nantes (Francia). La beba de 22 meses sigue grave pero su vida no corre peligro.

Según la versión del restaurante francés, un trabajador habría volcado el detergente en el recipiente en el que conservan el jugo fresco, otro lo guardó en la heladera y un tercer empleado fue a servir la bebida que debería haber estado enfriándose. En sus redes sociales, el lugar asegura que se trataba de un "producto de lavavajillas, idéntico a los que se encuentran en el resto de restaurantes", pero el padre de la pequeña destaca que se trata de un detergente industrial que contenía soda cáustica.

Un accidente que en Argentina se ve con frecuencia

"Lamentablemente pasa mucho. Tenemos muchos pacientes que compran productos sueltos, desengrasantes, destapa cañerías, que están en botellas de gaseosas por ejemplo y los niños los consumen en un descuido. Esto quema el esófago y hay riesgo de perderlo", advierte el doctor Julián Fernández, médico pediatra y gastroenterólogo infantil (MN 121.232) del Hospital Nacional Posadas. "Incluso hoy entró un niño al hospital por esta misma ingesta y la verdad es que la morbimortalidad es muy alta", revela Fernández.

Estos accidentes suelen producirse en niños menores de 3 o 4 años cuando están en su casa, especialmente en la cocina, donde por lo general se guardan estos productos. Si bien algunos son poco tóxicos e incluso, por su mal sabor, los niños suelen tragar cantidades mínimas que no causan problemas importantes, hay productos que son cáusticos, queman y pueden producir lesiones en la boca, la garganta o la piel.

Los síntomas más frecuentes son: aumento del babeo, vómitos, dolor de garganta con dificultad para tragar o rechazo del alimento. En los casos más graves pueden causar lesiones importantes y provocar problemas para respirar o dolor en el pecho.

Importante: No es recomendable darle de beber agua o leche al niño hasta que la situación sea valorada por un profesional.