Diversos trastornos del sueño están asociados a enfermedades neurológicas o cardiovasculares. 
"El sueño patológico se encuentra asociado a depresión o Parkinson; a alteraciones endocrinas como la diabetes mellitus y la obesidad; a cardiovasculares, como la hipertensión arterial y los infartos cardíacos y cerebrales; al control del sistema inmunitario y el desarrollo de distintos cánceres", amplió la doctora Cristina López Riolobos, neumóloga del Hospital Universitario del Tajo y experta en Medicina del Sueño.

Algunas de estas patologías, como el síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS), están involucradas en casi el doble de los accidentes laborales en comparación con los trabajadores que no las padecen. En este sentido, López Riolobos señaló que "estos trastornos se encuentran cada vez están más presentes en nuestra sociedad, a todos los niveles".

Según Ana Candel Pizarro, enfermera de la Unidad de Sueño del Hospital 12 de Octubre de Madrid, en el caso de sufrir insomnio se debe mejorar la 'higiene de sueño': “Reducir o eliminar aquellas actividades que puedan entorpecerlo (como llevar a cabo una actividad física fuerte antes de ir a dormir o el uso del celular en la cama) e intentar evitar el miedo a irse a dormir porque en noches anteriores se tuvieron problemas para conciliar el sueño".

En algunos casos, apunta que puede "ser beneficioso" incluso si el médico personal decide prescribir melatonina. En este sentido, la experta señaló que los fármacos para dormir "siempre deben ser la última opción y se debe reevaluar periódicamente si está indicado tomarlo".


Trastorno del ritmo circadiano

La doctora López explicó que los ritmos biológicos se desarrollan de forma cíclica, regulando las funciones fisiológicas para que se repitan cada 24 horas. El ritmo circadiano de sueño se regula de la misma forma, sincronizado sobre todo en relación con la luz y la oscuridad (día/noche).

Cuando estos sincronizadores externos e internos integrados perfectamente entre sí se desequilibran, se produce este trastorno de sueño.

"Tiene efectos negativos para el mantenimiento de funciones de nuestro organismo y puede provocar alteraciones en la producción de hormonas (resistencia a la insulina, alteraciones del crecimiento en chicos), alteraciones en la consolidación de la memoria, problemas de comportamiento y rendimiento escolar/laboral, depresión, o ansiedad. Además, se asocia con alteraciones inmunitarias y procesos crónicos", apunta la doctora.

Para conseguir evitar todo ello, la especialista explica cómo tratarlo: "Se debe resincronizar el ritmo biológico y, para ello, hay que poner en orden los reguladores alterados. Lo más importante es hacer nuestros horarios lo más regulares posibles, como una buena rutina de ir a dormir a la misma hora, que se ajuste con los horarios de luz y oscuridad, fijar horarios de comidas, evitar exposición lumínica con computadoras, celulares, LED potentes antes de dormir, hacer ejercicio regular durante el día pero no a última hora, exposición solar durante al menos 2 horas, etc".