“Nos duele ver desaparecer a nuestra cuenca cañera”, expresó el productor tosquense.
“Mi bisabuelo llegó de Italia en el año 1.900 y sembró los primeros 32 liños de caña de azúcar que indujo al resto de la familia a continuar con esa tradición, que hasta nos parece un vicio; continuó mi abuelo, mi padre, yo, mis hijos, en total cinco generaciones que nos dedicamos siempre a la siembra y cosecha de este noble producto que nos da la tierra, comenzó diciendo el productor cañero.
Y agregó: “Hoy la cuenca cañera está en terapia intensiva casi terminal, los médicos que podrían salvarlo están enfermos o directamente lo ignoran; hay dirigentes políticos que no son claros, a nosotros nos dicen una cosa y después resuelven otra cosa totalmente distinta; quienes dicen representarnos están en contra total de la cuenca cañera, hay algunos que ni siquiera han chupado caña en su vida, no sólo que no son productores, sino que, si conocen la caña es de lejos, cuando pasan por la ruta, por lo tanto esas personas jamás pueden entender lo que siente un productor cañero”.