Hoy habrá encuentro con el Frente de Todos. Estará presente Alberto Fernández. El Fondo quiere comenzar a negociar. Los locales no. Se discutirá por el financiamiento de la salida de dólares.

Según el macrismo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) no abandonará al Gobierno en el que probablemente sea el último tramo de su gestión. Y aprobará antes de las elecciones del 27 de octubre el desembolso de los aproximadamente u$s5.420 millones que le corresponderían al país por el tercer desembolso pactado. Buscará comenzar a discutir lo antes posible con el equipo económico que designe Alberto Fernandez la continuidad de la relación entre el organismo financiero y el país.

Especialmente si desde el bando vencedor de las PASO continúa la posición de anunciar una renegociación inmediata en los términos del acuerdo stand by vigente. La clave de la intención, más política que económica, de garantizar la relación futura (a cierto costo) entre el Fondo y el país; fue el desembarco del sábado pasado del director gerente para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner. A esta altura el principal responsable del futuro de la relación con el país dentro del organismo. Y, afirman desde la sede del FMI, el que detenta la lapicera número dos del organismo. Luego del norteamericano David Lipton, ante la virtual acefalía por la salida de la francesa Christine Lagarde. Y la falta de definiciones por la llegada de Kristalina Giorgieva.

Continuidad del acuerdo

El equipo económico de Mauricio Macri le transmitió al ala política del Gobierno (incluyendo al Presidente) que, casi sorpresivamente, la presencia del mexicano- argentino Alejandro Werner en el país integrando la misión; tiene como garantía la continuidad del acuerdo vigente. Y la seguridad que desde Washington, en el momento en que el caso argentino comience a ser tratado por el board que deberá aprobar, o no, el giro de dólares. Habrá un apoyo final a la Argentina.

El mensaje que trajo Werner al país fue simple y claro. No será desde Washington que se presionará a la Argentina a una crisis en medio de una transición política definitoria. Y menos se buscará iniciar una relación con un nuevo gobierno, desde una posición de ruptura de parte del organismo financiero internacional. En todo caso, y en esto serán duros, todas las dudas estarán plasmadas en el paper final de la misión. Que tendrá como responsable de redacción al italiano Roberto Cardarelli. Quien, esta vez, no fue jefe sino número dos; ante la fuerte presencia (política y económica) de Werner.

Gastos

Sobre los primeros pasos en la discusión entre el Gobierno y los enviados de Washington, se reconoció desde Buenos Aires el interés del equipo de Cardarelli de conocer el costo exacto que calcula Hernán Lacunza y su gente. Sobre el paquete fiscal que lanzó Mauricio Macri luego de las PASO. Para el Gobierno serán 50.000 millones de pesos, que serán cubiertos, en parte, por la herencia de Nicolás Dujovne de un superávit primario de unos 36.000 millones pesos en el primer semestre. Y lo que la recaudación aporte por el incremento en la actividad interna a partir del vuelco de los pesos otorgados por el Gobierno. Y que al final de la historia el resultado fiscal sería neutro.

Sin embargo, para que se note, habrá que esperar a tener los números de octubre, los que se conocerán en noviembre. Después de las elecciones. Habrá que ver si el argumento les cierra a los hombres de Cardarelli; que, igualmente, podrán el centro del análisis corriente en dos variables pactadas de imposible concreción: las metas inflacionarias y el gap entre el alza de los precios y la recaudación. La especulación desde Buenos Aires es que desde Washington habrá críticas en el “paper” redactado por Cardarelli, de un tono aún más alto que las que el romano imprimió luego de terminada su primera misión del año (cuando pidió terminar con el Monotributo); pero que finalmente la recomendación final al board será la de aprobar el desembolso para el país. Y comenzar lo antes posible la reconstrucción en la relación con el próximo gobierno.

Cita

El primer encuentro formal con el “albertismo” se dará esta tarde; cuando Werner, Cardarelli y el jamaiquino Trevor Alleine (un hombre que en los últimos meses demostró cierta habilidad diplomática y el arte del manejo de los secretos), se encuentren con Guillermo Nielsen, Matías Kulfas (ya de regreso al país) y Cecilia Todesca. Pero el valor agregado del encuentro será que el propio Alberto Fernández será el que encabeza la exposición de la postura del frente ganador de las Paso.

La posición primaria del albertismo será la de escuchar a los visitantes y aceptar cualquier tipo de requerimiento de debate sobre números y críticas a la situación actual. Pero que la posición pétrea desde este costado; es la de mantener la máxima que reza que no hay nada que comenzar a negociar con ellos, ya que aún Alberto Fernández sólo es un candidato y que las PASO no institucionalizan su presencia en el poder. Lo que si volverán a mencionar en el encuentro de hoy, son los anticipos que en el encuentro del 27 de junio pasado; cuando el propio Werner llegó a Buenos Aires en visita extraoficial para reunirse con los candidatos de la oposición.

En ese encuentro, Fernández fue diplomático pero directo al cuestionar la autorización del FMI para que el gobierno de Mauricio Macri pudiera utilizar dólares del stand by para contener el tipo de cambio.

“Cuénteme, y sabiendo que ustedes tienen sus obligaciones políticas, ¿cómo fue que se aprobó el último acuerdo, donde se está violando el acta constitutiva del FMI? ¿Cómo le dieron un préstamo semejante a Macri en estas condiciones?”; fue la frase para romper el hielo de Fernández.

Habilitación

El candidato hablaba puntualmente de la habilitación que había llegado el último 29 de abril, para que el Gobierno pudiera utilizar hasta u$s9.000 millones para contener eventuales corridas hasta fin de año; mecanismo que le permitió al Gobierno sostener una estabilidad cambiaria hasta las elecciones PASO. Definió ante Werner a ese último acuerdo como un pacto “con Macri, no con la Argentina” que generó “un dólar ficticio y electoral”; cuestión solucionada, a la vista de los albertistas, con la devaluación del lunes 12 de agosto pasado.

Relató Fernández el artículo VI de la Carta del FMI, en el párrafo donde se menciona que “ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital”. Werner escuchó callado la siempre diplomática embestida; y, según los locales, asintiendo con la vista. Insistió luego Fernández en que “se comprende que hay cuestiones políticas detrás” (sin mencionar la cuestión de la acción directa de Donald Trump en el último préstamo), y lanzó otra estocada: “de los u$s39.000 millones que ya prestaron, se fugaron ya u$s30.000 millones. ¿Y van a prestar u$s11.000 millones más? Se los van a dar para que se siga financiando la fuga”.

El nuevo dato que tienen los albertistas en carpeta, es que desde esa reunión de junio hasta la semana pasada, la salida de divisas se incrementó en unos u$s9.000 millones.