Graciela Brondino, madre de Marianela la joven que murió en un intento de robo cuando cayó de su bicicleta y golpeó su cabeza contra el asfalto, confirmó que el juicio oral contra uno de los imputados por la muerte de su hija comenzará la primera semana de diciembre de 2019.

 

El hecho ocurrió en abril del 2010. Marianela Brondino murió luego de un forcejeo con dos delincuentes que intentaron asaltarla en Mitre y Pedro de Vega. Iba en bicicleta y cuando quisieron sacarle la mochila cayó al asfalto golpeando su cabeza contra el cordón, lo que le produjo la muerte.

Según indicó Graciela, el proceso será contra el acusado que al momento del robo seguido de muerte era mayor de edad. El imputado, Walter Borda, de 35 años, se encuentra preso en la cárcel de Coronda.

"Ojalá logremos que los que mataron a mi hija, que tenía una vida preciosa, que era una preciosa criatura, y que después destruyeron mi familia ya que después de eso murió mi esposo, terminen donde tienen que estar que es en la cárcel para que no vuelvan a matar a otra persona", remarcó.

A principios de julio, la fiscal Jiménez le atribuyó la autoría del delito de robo con homicidio. Borda era quien conducía la moto con la que Marianela fue atacada en calle Gorostiaga al 1.900 para robarle la mochila, y había adelantado que pedirían 20 años de prisión.

"Es un alivio que después de 9 años podamos llegar a estas instancias. Si bien soy consciente que aún falta mucho va avanzando la causa que yo vi archivada durante muchos años", dijo Brondino.

La lucha de su madre

Desde el asesinato de Marianela, Graciela -su madre- se puso al hombro la lucha por encontrar a los culpables y hacer justicia. Su lucha comenzó con la Asociación de Familiares de Víctimas de la inseguridad. Militó la sanción de la ley de protección de testigos y la normativa sobre el pago de recompensas para casos especiales.

“En ese momento -que era el gobierno de (Antonio) Bonfatti- había dos proyectos distintos y luchamos mucho para que los unifiquen porque ninguno quería resignar nada. Logramos eso justo cuando terminaba el gobierno de Bonfatti. Hubo que empezar de nuevo con el nuevo gobernador para que firmara la ley y al primer caso que le dan el pago de la recompensa es al de mi hija”, expresó la mujer.

Graciela salió a pegar carteles por la zona donde suponía que estaban los asesinos. Puso avisos en las esquinas, en los postes de luz, y logró un primer triunfo: “Apareció un testigo de identidad reservada, y paralelamente una persona se presentó en mi casa y me dio algunos datos que era coincidentes”, recordó.

“Entré a investigar Facebook y encontré cosas importantes, se empezó a abrir una puerta que llegó a encontrar a estas dos personas”, apuntó.

La mujer cuestiona algunas disposiciones judiciales que ponen en situación vulnerable a los testigos. Consideró que “están protegidos pero a medias” y relató un hecho insólito: “El juez de menores, en una oportunidad, aceptó un careo propuesto por el abogado del detenido. Por eso pedí ser querellante. Me enteré de casualidad de los careos y me fui de inmediato a hablar con el ministro de justicia. Lo primero que me dijo fue 'señora, esto es un escándalo'. Le dije que sí y le pedí 'párelo”.

La fortaleza de una madre la transformó en investigadora y conoce al dedillo las leyes, producto de la lucha: “He hecho informes de 15 folios con los errores que tenía el expediente de Marianela, me compré una Constitución y un Código Penal, y estudiándolo he hecho presentaciones en la comisión de Diputados con las cosas que, a mi juicio, se tenían que cambiar. No me quedó otra, porque sino el expediente hubiera quedado archivado”, completó.