El fenómeno fue seguido por millones de personas alrededor del mundo. En nuestro país, hubo actos especiales en el Buenos Aires y Rosario.

El eclipse lunar cautivó a decenas de miles de personas en toda la Argentina. Desde la terraza o el patio, sobre el pasto del parque o a través de las ventanas que proveen las múltiples pantallas, todos siguieron este lunes a la madrugada el minuto a minuto de la "Superluna de sangre".

"Cuando hay un eclipse lunar la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, por lo que esta última entra en el cono de sombra de la Tierra. Eso hace que la luz del Sol llegue al satélite natural atravesando la atmósfera terrestre, lo que produce una dispersión y por eso la Luna se ve rojiza", detalló la astrofísica Andrea Buccino el fenómeno que atrapó a familias enteras hasta bien entrada la madrugada del lunes.

Todo comenzó a las 23.37 del domingo, con el inicio del camino hacia la "Superluna de sangre". Poco a poco, la luna llena se fue oscureciendo y, finalmente, mutó de color.

Casi una hora más tarde, a las 0.34 del lunes, el satélite entró en la umbra, el momento de mayor sombra. En realidad, se filtran las longitudes de onda del rojo, que le dan a la luna la tonalidad característica de este fenómeno.

Luego llegó la "totalidad", un período que se prolongó entre las 1.41 y las 2.43. En el medio, a las 2.12, regaló el cuadro más esperado: la luna pintada de rojo. Fue el momento cumbre del eclipse.

Luego, la luna volvió paulatinamente a su vista normal, con la luz en su plenitud. A las 3.50, recobró el color gris con la que se la suele ver desde la Tierra.