Desde la sala de velatorio, el móvil de Cadena Oh! en el acompañamiento a la familia y a los amigos en la despedida del referente cultural.

Andrea, hija del artista fallecido, expresó: "Se del cariño incondicional que tuvieron (por Hugo Isaak y Juan Carlos Bettanin) por papá, siempre estuvieron para apoyarlo en su obra, en sus presentaciones".

"Fue una liberación para él en el sentido de que ya no tiene ese impedimento que tanto le dolía (en relación al parkinson que padecía). El deterioro físico no lo merece nadie, menos él que era un tipo increíble. Recuerdo una exposición en el (Museo) Rosa Galisteo que explotó, había hasta granaderos en la puerta", dijo la consultada.

Y agregó: "Con una gran amiga, Madre Selva Lucero organizó una exposición en el (Museo) Sor Josefa, que cruzó la peatonal. Yo no había visto una exposición de arte que corte la calle San Martín. No podíamos ni entrar, hacía un calor ahí adentro. Ese era el amor que le tenían al Juan. Estaban desde una nena que se había criado con él en la isla cuando eran chiquititos, hasta la secretaria de Cultura. Era para todos, no necesita de explicaciones el arte de papá", dijo Andrea.

En el velatorio, Andrea mencionó: "Estoy rodeada de amigos, con Norma Segades de Manías y Víctor Anchaval que le ha hecho canciones a papá. Norma junto con Danilo recorrían la provincia, escribían poesía. Han pasado días y noches compartiendo con papá".

Anécdotas

A su tiempo, Norma Segades de Manías contó: "No encuentro una sola anécdota seria que contar de Juan. Nos divertíamos tanto, era una persona tan especial Juan, te llegaba al alma. Una noche, en esas raras ocasiones del destino, tuvimos un encuentro con escritores rusos. Me acuerdo de verlos recorrer una especie de exposición improvisada que habíamos armado y a uno de ellos mirando la obra de Juan. Todos reconocíamos el idioma del otro. Se paró en el cuadro del chico dormido sobre el lomo de un perro, levantó el puño. Se dio vuelta con el puño levantado y lo mostró. Mostró el puño. Con esa crítica a mí me bastó, porque la fuerza en su denuncia constante que tenía Juan contra todo lo que nos pasó y que nos pasa, tenía la fuerza que nace del corazón solidario".

Por último,

dijo: "Estamos acompañándolo en este momento como lo acompañamos en vida. Hemos andado tanto con Juan, cuánto nos hemos querido, y lo ama y lo quiere la gente. Hablar de la obra de Juan no es necesario porque la gente la conoce. Hablar de la persona de Juan que es un hermano, con el que fuimos a tantos lugares. Todos querían estar cerca de él. Por cuestiones de trabajo me ha tocado estar en el norte de la provincia de Buenos Aires, Rosario, Chaco, Entre Ríos... y vos decías Santa Fe... ¿ Y qué decían? Arancio, Arancio".