Desde hace siglos que la humanidad consume vino. Y la ciencia trata de determinar sobre los supuestos beneficios de la ingesta de esta bebida alcohólica.

Está documentado científicamente que la ingesta excesiva y prolongada de etanol daña:

  • el hígado y el sistema circulatorio,
  • afecta negativamente al sistema nervioso
  • y produce atrofia cerebral.

Sobre el consumo moderado no se consigue llegar a un consenso sobre sus posibles efectos. Algunos estudios afirman que beber una copa diaria de vino ayuda a la longevidad o que facilita el hablar idiomas con mayor fluidez. Incluso una investigación concluyó que ayudaría a eliminar la basura del tejido cerebral, incluida la que causa el Alzheimer.

A mediados del año pasado, una investigación que incluyó a hombres y mujeres de 195 localidades, entre los 15 y los 95 años, a lo largo de 26 años sentenció que no hay que tomar ni una copa de vino al día porque las sustancias beneficiosas que pudieran llegar a contener se encuentran en cantidades muy bajas y que el componente alcohólico siempre provocará un perjuicio mayor que cualquier ganancia que pueda, potencialmente, proporcionar.

Nuevo estudio

Recientemente, un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Madrid aportó su propio trabajo al debate; publicado en la revista Addiction, sostuvo que el consumo moderado de vino no incrementa la esperanza de vida. Los investigadores consideraron que los estudios que llegaron a esa conclusión carecían de rigor.

"El consumo moderado de alcohol no tiene ningún beneficio sobre la mortalidad en personas mayores", indicaron los investigadores Esther García, Rosario Ortolá y Fernando Rodríguez Artalejo. Y agregaron: "Aunque el alcohol es una de las principales causas de enfermedad, discapacidad y muerte en la población; algunos estudios habían observado ciertos beneficios del consumo de pequeñas cantidades de alcohol", pero esos estudios eran menos rigurosos.

El estudio de los investigadores españoles se inició en el periodo 2008-2010; y se siguió a un grupo de personas hasta 2017 para identificar las muertes ocurridas en ese lapso de tiempo. "No hubo diferencias en la mortalidad entre los participantes que no bebían nada y los que bebían cantidades moderadas de alcohol, esto es hasta tres copas al día en hombres y hasta dos copas al día en mujeres", expusieron.

En cambio, en los que bebían cantidades mayores la mortalidad fue el doble que en los no bebedores. Cuando se analizaron a quienes no tenían limitaciones funcionales, la mortalidad se incrementó un 12% por cada copa diaria de alcohol.