Por segunda vez en la historia, se logró remitir en un paciente el virus VIH-1, el causante del sida; y es probable que se haya curado. Así lo anunciaron los investigadores del caso este martes en una conferencia médica de repercusión internacional.

Doce años después

Doce años después del primer caso confirmado de una persona infectada que se libró de la enfermedad; nuevamente un hombre -"el paciente de Londres”- no mostró signos del virus durante casi 19 meses. Sucedió tras someterse a un trasplante de médula ósea y recibir tratamiento, informaron los investigadores en la revista Nature.

“La noticia del caso del paciente de Londres es muy buena pero hay que tomarla con cautela y ponerla en su justo contexto”, advirtió el infectólogo líder de la lucha contra el VIH/sida en el país y director de la Fundación Huésped, Pedro Cahn, ante la consulta de ConBienestar.

“El 'paciente de Londres' buscó curar su cáncer con un fenómeno parecido a lo que pasó hace 12 años con el 'paciente de Berlín', puesto que a raíz del trasplante de médula no volvió a desarrollar la infección. Esto fue producto de que la médula del donante carecía de un co-receptor que es algo que utiliza el virus para infectar la célula y luego reproducirse en el organismo “, explicó el titular de la fundación.

No es para todos

Cahn aseguró que pese a lo positivo del caso el sistema con el que se logró la curación no puede aplicarse en todos los tratamientos: “Esto no puede ser más que una línea para seguir investigando porque no es posible pensar en una solución con trasplante de médula ósea para los millones de personas que viven con VIH”.

En ese sentido, precisó que “los tratamientos antirretrovirales siguen siendo la manera más efectiva de controlar la infección; permitiéndole a las personas con VIH una buena calidad de vida y, además, en el caso de la vida sexual si están en tratamiento evitar la transmisión a un tercero si tienen carga viral indetectable por un período de al menos seis meses”.

El experto puntualizó que este nuevo caso “sirve para estimular la investigación sobre las opciones de cura”; pero no “para establecer una estrategia que a nivel mundial dé cuenta de los 37 millones de personas que viven con el virus”.