Mientras tanto, una iniciativa que prevé convertir en peatonales algunas arterias del barrio tiene cada vez menos consenso.

Vecinos de barrio Pichincha volverán a reunirse mañana con la intendenta Mónica Fein. Esto para evaluar cómo vienen evolucionando las medidas que buscan solucionar los problemas de convivencia en la zona. La misma experimenta un crecimiento desmedido en habilitaciones de bares y cervecerías. Calles invadidas, veredas por las que no se puede caminar y locales con muy poca insonorización son algunos de los reclamos. Al mismo tiempo que pierde consenso una iniciativa que buscaba convertir en peatonales algunos sectores.

"La verdad es que es muy difícil vivir en este barrio. Si bien se incrementaron los controles por parte de la Municipalidad, lejos están de solucionarse los problemas de convivencia", destacó Víctor De Batista. Es uno de los vecinos que mañana volverá a sentarse frente a frente con la intendenta para analizar la coyuntura que atraviesa el barrio.

En efecto, Pichincha creció de manera tal que hasta la propia jefa comunal tuvo que involucrarse en la problemática. Es que los vecinos vieron en pocos meses cómo proliferaron los bares y cervecerías, una expansión que convirtió al barrio en una zona caótica.

Las quejas de los vecinos tuvieron eco en el Concejo, desde donde se solicitó extremar los controles. Al tiempo que el Ejecutivo dispuso la creación de una comisión que analizará las habilitaciones otorgadas en la zona.

"Te diría que del uno al diez, estamos en un cinco en materia de convivencia con los locales gastronómicos", se sinceró De Batista. Al tiempo que destacó que "el gran problema es la insonorización de algunos bares. Si bien se incrementaron los controles y hubo varias clausuras. Todavía hay locales que siguen poniendo música a un volumen muy fuerte y no están insonorizados como deberían", destacó.

A eso se suma un problema a que lejos está de resolverse. Las cervecerías que avanzan sobre las veredas con su mobiliario y que, al llenarse de clientes, tornan imposible caminar por las mismas.

Si bien los vecinos admiten que desde que los reclamos tuvieron eco en el Concejo y en el Ejecutivo, la presencia de inspectores ha sido importante, estos aspectos puntuales están lejos de solucionarse.

Pulgar abajo

Lo que sin dudas no suma muchas adhesiones es un proyecto que impulsa la concejala radical María Eugenia Schmuck. El mismo prevé cerrar algunas calles del barrio y convertirlas en peatonales. "Esto lo hemos hablado con los vecinos y no hay ningún tipo de consenso para que prospere. Es más, se lo hemos planteado a los concejales, quienes se comprometieron a no tratar el tema", sumó De Batista.

La concejala, presentó en octubre del año pasado un proyecto que busca crear el "Paseo Gastronómico Pichincha". Es una iniciativa para que calle Jujuy, entre bulevar Oroño y Alvear, se transforme en peatonal los días viernes, sábados y vísperas de feriado, en el horario de 20 a 2.

"Si hoy ya directamente no podemos caminar ni llegar con facilidad a nuestras casas, no queremos ni imaginar lo que sería de este barrio si encima cerramos la circulación y ponemos una peatonal", destacó De Batista.

El caos en la zona llegó a su punto máximo a fines de diciembre del año pasado. Una autobomba de los Bomberos Voluntarios que acudía a un siniestro tuvo dificultades para circular por Jujuy y Santiago. Justo en la zona gastronómica de Pichincha. Fue debido a la gran cantidad de automóviles que estaban estacionados en lugares indebidos.

Luego llegó la reunión de la intendenta con los vecinos. Y el cambio en el modo en que se habilitan los bares en toda la zona.

Mañana, vecinos y funcionarios volverán a verse las caras para analizar una coyuntura que, a entender de los primeros, lejos está de solucionarse.