En sus 48.442 kilómetros cuadrados, la República Dominicana ofrece una variedad de paisajes que hacen de la isla un lugar de preferencia tanto para una escapada romántica como para un viaje familiar.

"República Dominicana seduce a todos con los más diversos paisajes a muy poca distancia unos de otros, experiencias únicas en contacto con la naturaleza, el arte prehispánico y los sabores autóctonos", afirma Magaly Toribio, asesora de Marketing del Ministerio de Turismo del país caribeño. "Todos encuentran aquí su destino ideal para disfrutar de unas vacaciones inolvidables en cualquier momento del año", agrega.

Una de los lugares ideales para la aventura y el ecoturismo es Jarabacoa, ubicada en la Cordillera Central, y cuyo nombre significa en taíno, la lengua autóctona, "lugar de aguas". Sus ríos, montañas y densos bosques de pino conforman un entorno que invita a la práctica de rápel, senderismo, ciclismo, parapente y rafting, mientras que escalar el Pico Duarte (3.087 metros de altura) es una de las excursiones más populares.

Entre sus cascadas, en el Salto Baiguate, se realiza rafting; el Salto de Jimenoa es apto para escalar; y para nadar, son ideales La Cortina y La Confluencia, dos parques llenos de piscinas naturales.

Jarabacoa ofrece varias opciones de alojamientos ecoturísticos, desde ranchos a orillas del río y eco-lodges, hasta sitios de glamping.

La ciudad capital del país, Santo Domingo, es sinónimo de riqueza cultural y excelente gastronomía, y donde en cada rincón se descubren museos, parques, espectáculos de música y baile, galerías de arte y miradores. La ciudad colonial es el lugar emblemático donde se pueden apreciar monumentos históricos como la Fortaleza Ozama o el Alcázar de Colón.