Anoche, en el estadio Nuevo Monumental de Alberdi, Atlético de Rafaela venció a Instituto de Córdoba 1 a 0 en el marco de la 20ª fecha del Torneo de la B Nacional. El único gol del encuentro fue anotado por Marco Borgnino a los 26´ del primer tiempo. El árbitro Adrián Franklin expulsó sobre el final a Emiliano Ellacopulus, el arquero Ignacio Arce y a Facundo Agüero, todos de Instituto.
Ahora Atlético estará visitando el próximo sábado a Temperley desde las 16hs donde buscará al menos traerse alguna unidad de ese reducto siempre complicado.
Los condimentos
Como adelantamos en la víspera, el rendimiento del Celeste en el torneo lejos está de ser el que se esperaba, sumido en una irregularidad que hoy lo mantiene afuera de la zona del Reducido y con escasísimo margen de error en las fechas que quedan para mantener alguna chance de llegar a la postemporada. La caída con Santamarina fue un golpe duro, básicamente por el flojo nivel del rival y por las pocas ideas de los dirigidos por Juan Manuel Llop para poder volverse a Rafaela aunque sea con una unidad.
Pensando en lo futbolístico, el Chocho probó durante jueves y viernes con un equipo que presentó una sola variante, con la vuelta de Enzo Copetti por Luciano Pogonza. Luego prefirió aguardar hasta último momento para confirmar el once titular, manteniendo la duda sobre la vuelta del chaqueño o la continuidad del juvenil.
Por su parte, Instituto de Córdoba venía de golear a Olimpo de Bahía Blanca por 4 a 0, en un resultado que trajo calma a la Gloria y a su entrenador, Diego Cagna. Sin embargo, la semana no fue buena para el conjunto cordobés, que el jueves decidió no entrenar debido a la deuda que la dirigencia mantenía desde diciembre a esta parte. Sin embargo, el viernes se llegó a un acuerdo y en horario vespertino entrenaron para luego viajar a Rafaela. Instituto, en condición de visitante, llegaba con una racha de cinco sin ganar.
El primer tiempo
El partido no pudo empezar peor para Atlético. A los 30 segundos nomás Instituto tuvo la primera clara de la noche. Vegetti la aguantó de espaldas en el borde del área y habilitó de taco a Malcom Braida que definió al cuerpo de Macagno que achicó muy bien pero la pelota le cayó a Mateo Klimowickz que remató a un arco casi vacío de no ser por Nicolás Zalazar quien se interpuso, según entendió el árbitro, evitando la caída del arco con el pecho ante toda la protesta de Instituto que insistían en que había un claro penal que dio toda la sensación que sí existió.
El juego se fue cortando por sucesivas infracciones. Hasta que a los 10´ Vegetti aguantó bien la pelota sobre Rodríguez y encaró a Baroni que al chocar se lesionó la rodilla debiendo salir por Gianfranco Ferrero, pero en la continuidad de la acción, Vegetti habilitó a Klimowickz que se quedó sin ángulo ante la salida de Macagno, sin embargo el delantero cordobés remató al arco cruzando la pelota todo el frente del arco sin que nadie la empujara al gol.
La primera aproximación de Atlético fue recién a los 15´. Albertengo lazó un servicio de izquierda al segundo palo de Arce para la entrada de Copetti que cabeceó desviado ante una floja anticipación de Endrizzi.
El partido promediando en el transcurso del tiempo y ninguno de los dos era profun
do. Instituto buscaba constantemente a Vegetti que se fajaba con los centrales locales volviéndose en un problema para la defensa. En el medio campo de Atlético, a Navas y Romero les costaba hacerse del balón para abastecer a Albertengo o Quiroga que son siempre referencias. Es por eso que no sorprendió el gol de Atlético en una muy buena jugada preparada a la salida de un lateral cuando se jugaban casi 26´. El saque bandas largo iba para Quiroga, el delantero la peinó para Copetti que luchaba con Endrizzi que no vio el ingreso de Marco Borgnino que sacó una derechazo al ángulo inatajable para Arce.
Después de gol Atlético se acomodó en el trámite. Los de Llop entendieron que parte del negocio estaba por las bandas, sobre todo por el flanco izquierdo de la retaguardia rival. Albertengo entonces se movía por todo el frente generando espacios, como a los 34´ cuando Mauro descargó para Romero que desde muy lejos se animó a exigir a Arce que no llegaría a sacar una pelota que parecía se metería en el ángulo superior izquierdo.
En los últimos minutos Atlético administró el cansancio al tiempo que los cordobeses se adelantaron tratando de llegar a un empate que aliviara la ansiedad en el entretiempo, pero Franklin no le dio esa chance porque a los 46´ mandó a los protagonistas al vestuario.
El segundo tiempo
Atlético salió con otro semblante a jugar el complemento en comparación a cómo había arrancado el partido. El mediocampo se mostraba más compacto y las salidas por los lateras eran más claras y precisas aunque le faltaba paciencia en los últimos metros para sacarle provecho a las situaciones.
Así fue que Atlético se arrimaba con peligro sobre el arco de Arce. Primero Quiroga ganó en el achique por izquierda y, a pesar de no ser su fuerte la velocidad, se la rebuscó para tirar un centro rasante al primer caño que Endrizzi llegó a cortar cuando Albertengo se relamía. Después Navas capturó una segunda pelota tras un balón detenido pero su disparo se fue por encima del travesaño.
A los 11´ el local volvería a tener una muy buena a favor. Albertengo habilitó a Borgnino que se filtró y en una posición inmejorable para su zurda, decidió echar un centro atrás que no encontró ni a Copetti ni a Quiroga como para empujarla; la acción se diluyó en los pies de Ferrero pero Atlético seguía desnudando falencias en la Gloria que se mantenía en partido porque la diferencia en el marcador era mínimo.
Esa cornisa, tan finita, dependía de la puntería de Vegetti, a la postre el jugador más peligroso de la Gloria, el hombre a marcar pero el más difícil al mismo tiempo. Pero el árbitro Franklin, y los propios jugadores de Instituto, se encargaron de empañar la noche. En pocos minutos la Gloria se quedó con tres hombres menos; primer Ellacopulus, luego el arquero Arce, y finalmente Agüero vieron la roja. Pero Atlético no pudo liquidar el pleito a pesar de tener todo a disposición.
El pitazo final trajo alivio a barrio Alberdi porque los tres puntos lo acerca a la zona de Reducido, pero sabiendo que por delante hay muchos equipos, entre ellos, el próximo rival, Temperley.