El viernes por la mañana, vecinos de barrio Loyola se congregaron frente al edificio muncipal para reclamar por la calidad del servicio del agua.

A este reclamo se le sumaron vecinos de otros barrios que solicitaban, entre otras cosas, el arreglo de las luminarias, desmalezado y mantenimiento de las calles.

Los concejales de la ciudad no se hicieron ajenos a los reclamos y decidieron abrir las puertas del recinto para recibir a los manifestantes.

"Hace muchos años que venimos reclamando por los servicios públicos, la ciudad es un abandono total, baldíos con yuyos, las calles intransitables, el agua contaminada. El barrio Loyola no es la única zona con el problema del agua, sino que en todos los barrios de Santo Tomé. El agua no se puede consumir, contamina hasta la comida, así que compramos y acarreamos bidones, y la boleta llega igual”, indicó un ciudadano.

“Es una suma de cosas, no es solo el agua, son las calles llenas de pozos y abandonadas, los terrenos baldíos llenos de yuyos, hace más de ocho años que está en decadencia Santo Tomé”, expresó una vecina.

Al finalizar la "sesión abierta" muchos vecinos se retiraron disconformes, pero algunos destacaron la importancia de haber sido escuchados.

Los concejales, por su parte, coincidieron en que la manifestación del viernes debe marcar "un punto de inflexión" para comenzar a resolver los problemas que demanda la sociedad.