"¡Mi bar está en pleno boom!". A menos de una semana del comienzo del Mundial de Rugby en Japón, los comerciantes de las ciudades que albergarán el torneo se frotan las manos, esperando sobre todo seducir a los 400.000 extranjeros que se esperan en el archipiélago asiático.

En el "Rugby Dinner No Side Club", bar deportivo que presume de ser el único dedicado al rugby en Tokio, su propietario Takeuchi Masakazu, conocido como 'Masa', está en las nubes.

"Es como un sueño. Recibí muchas reservas para el Mundial, todo está casi completo", señaló, añadiendo haber recibido mails para reservar de aficionados japoneses, pero también neozelandeses, australianos, ingleses o franceses.

Este antiguo jugador aficionado de 43 años espera al menos duplicar, e incluso triplicar, su cifra de negocios este año. Cuenta así duplicar también el número de empleados durante la competición, pasando de 5 a 10 personas y ha pedido "tres veces más cerveza que de costumbre".

La cerveza, un tema

El llamamiento de la organización del Mundial a contar con suficiente cerveza, elemento central de una fiesta entre aficionados al rugby, ha sido tomado al pie de la letra.

"Hemos tenido un seminario con jefes de restaurantes y bares para pedirles que no falte la cerveza", explicó Naofumi Machidori, responsable de la oficina de turismo de Kobe (oeste). "Les hemos dicho que tengan una cantidad superior entre tres y cinco veces a la normal", añadió, asegurando que el mensaje fue bien recibido.

Impacto económico

Apoyándose en un estudio del gabinete Ernst and Young, la organización del Mundial prevé una contribución del evento de 216.000 millones de yenes (1.800 millones de euros) al producto interior bruto japonés de este año. Una pequeña suma visto el PIB de la tercera potencia económica mundial: cerca de 550.000.000 millones de yenes en 2018 (más de 4.650.000 millones de euros).

Pero la competición, al estar repartida por todo el país, tiene un impacto que podría ser "realmente beneficioso" para algunas regiones lejanas a las grandes ciudades como Tokio y Osaka, explicó Shigeto Nagai, investigador de Oxford Economics.

Kamaishi, pequeña ciudad del noreste del país golpeada por el tsunami en 2011, recibirá dos partidos. Además Kumamoto y Oita, en el sudoeste, o Sapporo, al norte del archipiélago, también 'tocarán' el Mundial.

Será una prueba de altura para las infraestructuras turísticas locales a menos de un año de los Juegos de Tokio. "Una preciosa oportunidad" para diversificar el flujo turístico que recibe Japón, que actualmente viene principalmente de Asia, explicó Nagai.

El torneo llega cuando el número de turistas procedentes del Corea del Sur cae en Japón, debido al aumento de las tensiones entre los dos países.

Cultura

Gran parte del éxito dependerá de la capacidad para comprender y satisfacer las demandas de los nuevos visitantes, principalmente occidentales. "Hay mucha buena voluntad, pero el nivel de inglés es a menudo lamentable", subraya Nagai.

Otro punto de interrogación es el público japonés. Aunque según la organización todos los partidos deberían jugarse en recintos llenos, el rugby no provoca pasiones en el país.

En el ruidoso barrio comercial de Shinjuku, en Tokio, el público era numeroso la semana pasada en la apertura de la primera y principal tienda oficial del torneo: turistas extranjeros pero también familias japonesas.

Con ochenta puntos de venta temporales previstos a lo largo y ancho del país, "esperamos más de un millón de clientes durante todo el torneo", declaró Nick Price, director comercial de Legends International, la sociedad que gestiona la venta de productos del Mundial.

"Esperamos que la mayor parte sean locales. Es la Copa del Mundo de rugby de Japón", insistió.

En las tiendas de electrodomésticos Bic Camera, la venta de pantallas de televisión ha aumentado, pero se explicaría por el próximo aumento del impuesto al consumo, más que por el Mundial de Rugby, según un vocero del grupo empresarial.

Los consumidores japoneses "tienen probablemente menos conocimiento" de esta competición que de los Juegos Olímpicos 2020, de los que los medios locales hablan mucho más, argumentó.

AFP