En el marco de la profunda crisis por el aumento de las naftas y la presión por las paritarias de los choferes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), el sistema de colectivos rosarinos apuesta a mitigar el impacto en la suba de costos de la mano de los biocombustibles. El 25 por ciento de la flota actual ya utiliza este método de propulsión que reduce las emanaciones tóxicas y representa un ahorro de 5 a 9 pesos por cada litro de combustible fósil. En Santa Fe funcionan 18 plantas de biocombustibles, de las 22 que existen en el país.
Desde julio del año pasado, el gobierno santafesino junto al municipio local vienen trabajando en la implementación del biodiesel para las unidades de transporte urbano de pasajeros. Y la experiencia avanzó a pasos agigantados. Según precisó la secretaria de la Movilidad, Mónica Alvarado, en la actualidad de unos 700 ómnibus que circulan por Rosario, 189 tienen propulsión por biocombustible de un corte denominado B25. Se trata del 24 por ciento de la flota y son micros de la empresa Movi, mientras que otros 214 coches se impulsan por B100, de las cuales 200 son de Rosario Bus y el resto de Movi. De parte de El Cacique, (nuevo operador en la ciudad) se invitó a que incorporen esta tecnología en sintonía con el resto.