Tiene una fábrica y todos los días sus trabajadores almuerzan con él. El viernes hará una parrillada bien completa y después les dará la tarde libre.

Daniel Roviralta es empresario pyme. Hincha fanático de Racing, tiene abono en la platea “A” del estadio Presidente Perón, pero por cábala no fue a ningún partido de este año. Mira al campeón de la Superliga 2018/19 en el sillón de la casa de sus hijos, todos sentados en el mismo lugar de siempre. Se viralizó por una promesa: le pagará un plus por productividad y hará un asado a todos sus empleados tras la vuelta olímpica.

Soy propietario de una fábrica de pisos deportivos y antigolpes. Todos los días le pago la comida a todos en un club que está a 20 metros de la fábrica. Tengo 22 empleados. Les prometí que si Racing sale campeón les voy a hacer un asado para todos el viernes, les doy un plus salarial por productividad y los dejo que se queden después a jugar al fútbol”, cuenta.

El jefe que todos quisieran tener, no sólo paga los almuerzos sino que brinda otros beneficios a sus trabajadores. “Ellos comen conmigo y además tienen cuenta corriente en el supermercado de la esquina. Retiran azúcar, yerba y jugos en polvo. Además les pago el estudio de los chicos y les doy a crédito sin intereses materiales para la construcción cuando quieren ampliar sus casas”, detalla.

Roviralta nació el 4 de noviembre de 1956. Celebró su 11° cumpleaños con Racing campeón del mundo. Con 62 años, lucha contra la crisis. Llegó a tener 40 empleados y tuvo que despedir a varios por la recesión. Optó por desemplear a solteros o en pareja sin hijos. Le dolió hacerlo. Tiene un trato familiar con su plantilla.

“Me dicen tío, están muy contentos. Saben que estoy en mi oficina y cualquier cosa que necesiten lo hablan conmigo.El otro día vino uno y me dijo que se le rompió el celular. Fui a un local de venta de electrodomésticos y le compré uno en cuotas. Después me lo va pagando”, agrega. Lamentablemente no está tomando personal.

No todo fue un camino de rosas para Roviralta. “Tengo 62 años y trabajo desde los 13. En cada lugar capté lo que me gustaba y lo que no me gustaba. He tenido pibes que me robaron y me hicieron juicio, pero voy a seguir así. No es nada extraordinario, es lo correcto”, concluye mientras piensa cuantos kilos de carne comprará por plato para el asado de “Racing campeón” del viernes próximo.