De esta manera el organismo multilateral de crédito ya liberó casi 40 mil millones del crédito stand by de casi 57 mil millones de dólares que se iba a utilizar "sólo si es necesario" según habían explicado en su momento desde el gobierno de Mauricio Macri.

Tal como se preveía el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este viernes un desembolso de 10.800 millones de dólares para la Argentina al concluir la tercera revisión de la evolución económica del país en el marco del acuerdo Stand-By.

"El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó el día de hoy la tercera revisión de la evolución económica de Argentina en el marco del Acuerdo Stand-By a 36 meses aprobado el 20 de junio de 2018. La conclusión de la revisión permite a las autoridades girar el equivalente a DEG 7.800 millones (aproximadamente, USD 10.800 millones), lo cual eleva las compras totales desde junio de 2018 a DEG 28.013,71 millones (aproximadamente, USD 38.900 millones)" precisó el organismo multilateral en un comunicado.

De esta manera la deuda que mantiene el país con el FMI ascendió a casi 40 mil millones de dólares con vencimientos a partir del próximo año. Un pesada herencia que recibirá el próximo gobierno.

Aunque desde el gobierno de Mauricio Macri se había asegurado que el crédito con el FMI tenía "carácter precautorio" y que sólo se utilizaría en la medida en que fuera necesario, lo cierto es que a menos de un año de otorgado el crédito Stand By (primero por 50 mil millones de dólares y luego ampliado a 57 mil millones) la Argentina ya solicitó casi 40 mil millones de los 57 mil millones disponibles.

El FMI destacó que el ajuste, a su criterio está funcionando. Está claro que los técnicos del FMI miran los números macro y no su impacto social que se tradujo en un fuerte aumento de la pobreza, la indigencia y la profundización de la desigualdad.

"Las políticas de las autoridades que sustentan el acuerdo respaldado por el FMI están dando fruto. El elevado déficit fiscal y en cuenta corriente —dos grandes vulnerabilidades que condujeron a la crisis financiera el año pasado— están disminuyendo. La actividad económica se contrajo en 2018, pero hay indicios de que la recesión ha tocado fondo, y se espera una recuperación gradual en los próximos trimestres. Sin embargo, la inflación sigue siendo elevada; las expectativas inflacionarias están aumentando y la inercia inflacionaria resulta difícil de quebrar" advirtieron los técnicos del FMI.